Todo empezó el verano pasado con un anuncio en la página web de la Real Federación Española de Tenis. El aviso decía algo así como "se necesitan voluntarios para el centro de formación de tenis de la Fundación Vicente Ferrer en Anantapur (India)". El ovetense Javier García Fernández, que siempre había soñado con ayudar a los más necesitados, cogió el móvil y sin pensarlo marcó el número de teléfono que aparecía en la convocatoria. Tras una breve conversación, el joven, de 23 años, tuvo claro que haría las maletas y llevaría su raqueta hasta el estado indio de Andhra Pradesh.

García es el primer voluntario asturiano en participar en la escuela de entrenamiento de tenis que la Fundación Rafa Nadal desarrolla en colaboración con la Fundación Vicente Ferrer en la India. "La experiencia de estos tres meses ha sido muy enriquecedora, pero siento que el trabajo que hice allí todavía no es suficiente", asegura el ovetense, recién llegado a Asturias para pasar las Navidades en casa. El día 26 cogerá un avión de vuelta a Anantapur, donde seguirá dando clases de tenis a doscientos niños hasta abril. "Para ellos este proyecto es muy importante y yo creo que son conscientes de ello. No sólo se trata de enseñarles un deporte, sino de proporcionarles una buena alimentación y formarles en inglés y en el uso de ordenadores", cuenta.

El joven, que trabaja en el Centro Asturiano de Oviedo y es miembro del club de tenis Olivares, comparte pista con el mallorquín Xisco Mercandal -que es el coordinador del proyecto- y otros cuatro entrenadores indios. "Nuestra misión allí es formar a los niños, pero sobre todo instruir a los profesores indios para que cuando nosotros ya no estemos, ellos puedan seguir con las clases", señala. Bajo ese objetivo, Javier García les da todos los días charlas técnicas y supervisa sus movimientos durante las clases, que se desarrollan tanto de mañana como de tarde, de lunes a sábado. "Para mí es un placer ayudarles. Allí los niños van a jugar con una ilusión tremenda. Lo ven como una diversión y hay mucha afición", comenta. Una afición que inculcó el tenista Rafa Nadal, que es quien financia a través de su fundación esta escuela.

"Hace cinco años no sabían ni quién era, pero ahora se vuelven locos por él, es su ídolo. De hecho, hace unas semanas varios de ellos fueron invitados a un campeonato en Nueva Delhi y viajaron en tren durante cuarenta horas sólo para verle. Eso ya lo dice todo, incluso llegaron emocionados", relata. Pero a quienes los niños de Anantapur tienen todos los días en su campamento es a Javier García. Él es para muchos su Rafa Nadal asturiano.