El centro ecuestre El Asturcón acogió ayer por la tarde la sexta edición de la prueba hípica El Carrusel, en la que participaron ciento veinte jinetes de este club y del avilesino El Forcón, con edades que partían desde los seis años. Los pequeños apenas eran conscientes de lo que sucedía, enfrascados en su actividades, sus disfraces y en disfrutar sobre los ponys asturcones que montaban. Pero los mayores, padres y organizadores, observaban la escena orgullosos de sus pequeños y preocupados por si la escena no se fuera a repetir.

"Es una pena porque si desaparece El Asturcón será un gran problema para la hípica en Asturias, y este centro podría ser un referente a nivel mundial por sus instalaciones, pero con una gestión eficiente que permita sacarle rendimiento", afirmaba ayer Omar Fanjul, uno de los asistentes al concurso. El Ayuntamiento se encuentra en plena elaboración de los pliegos de condiciones para sacar a concurso la gestión del centro. De momento, no han logrado sacarlos adelante ante las pegas de la intervención municipal. El Real Oviedo se ha mostrado interesado en hacer allí su ciudad deportiva, aunque empresarios del mundo del caballo -un jeque árabe- también le han echado el ojo.

Mientras algunos hacían estas reflexiones, los pequeños jinetes realizaron por grupos una corta exhibición, con su propia coreografía y vestuario, desde romanos hasta personajes de películas de Disney. "Pretendemos, de una manera entretenida, iniciar a los niños en la doma clásica,", explicó Omar Fanjul Álvarez, que es el organizador de este singular concurso.

El abuelo de una participante, Juan Manuel Menéndez, tampoco ocultaba su preocupación, "por la afición que generó en Oviedo esta instalación". La monitora Ana Riestra, por su parte, dijo que el cierre "perjudicaría mucho a los niños y Asturias perdería los concursos", y Nicolás Pérez afirmó ser "optimista", porque un centro como éste "no se puede cerrar de ninguna manera".