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Dividir el Tartiere en sectores es "inviable", según el Ayuntamiento

Separar las gradas "sería como hacer un campo nuevo" pues se diseñó como un "espacio diáfano", dice el tripartito

Los jugadores del Oviedo, durante un entrenamiento de este año en el Carlos Tartiere. MARÍA GÓMEZ

La sectorización del Carlos Tartiere, una de las reformas urgentes que necesita el estadio del Real Oviedo, es "inviable". Así se desprende de los informes municipales que maneja el tripartito (Somos, PSOE e IU), que atestiguan que el campo fue diseñado para ser un "espacio diáfano" y que la obra para dividir las gradas afectaría a "toda la estructura" del estadio. "Sería como hacer un campo nuevo y eso tampoco es viable", explican desde el tripartito local.

El gobierno es consciente de que la sectorización del Tartiere es un requisito que marca la Liga de Fútbol Profesional (LFP) para los equipos que militen en Primera o en Segunda y que, en el caso del Oviedo, tiene que estar lista inevitablemente para la temporada 2017-2018. Así que, tras los contundentes informes de los técnicos, el gobierno ha diseñado otra hoja de ruta para tratar de encontrar una solución. Lo primero será acudir a arquitectos especializados para ver qué posibilidades hay buscar otras opiniones. "Si en otros campos hubo solución, aquí también tiene que haberla", asegura la concejala de Infraestructuras, Ana Rivas (PSOE).

De momento y "dada la complejidad de la situación", el gobierno descarta la sectorización en 2016, como ya adelantó hace dos semanas este diario. El objetivo que ahora se ha marcado el tripartito es aprovechar el año que viene para buscar la solución correcta. El próximo mes encargará un estudio integral al Colegio de Arquitectos de Asturias y, si no resulta satisfactorio, acudiría a especialistas de fuera para que analizaran otras alternativas. La idea es cerrar la fases técnicas el año que viene para programar las obras de cara al 2017 "salvo que se pudieran iniciar a finales del próximo año, que parece complicado", explica Rivas.

La concejala socialista asegura también que el Real Oviedo "todavía no ha definido del todo lo que quiere" en esta obra. "Dieron unas pinceladas hace semanas y ya se les dijo que eso no era viable. Están dándole vueltas", explica la edil del PSOE y mano derecha del alcalde, Wenceslao López. Aunque Rivas admite que la situación es "complicada", se muestra confiada en que aparezca una solución.

El club azul, por su parte, siempre ha manifestado su preocupación por el retraso de una obra que supone un requisito indispensable para poder participar en Primera y Segunda División, según la LFP. El pasado mes de junio, después de que el equipo ascendiera a Segunda, la LFP le dio dos años a la entidad azul para que acometiera unas obras que necesita para poder dividir las gradas y establecer distintos precios en los abonos. La división de la grada requiere que cada sector tenga sus propios servicios: cafetería, aseos, accesos... Esto supone una "complejidad" que requeriría la construcción simultánea de todos esos servicios, circunstancia que no sólo llevaría tiempo sino que requiere una inversión elevada para el Ayuntamiento, que está obligado a sufragar esa obra mientras el equipo no ascienda a Primera. Porque si el Oviedo asciende a la máxima categoría, un pronóstico nada descabellado esta temporada, las obras de sectorización las tendría que pagar el club, según figura en contrato de cesión del campo. Esto es lo que, en realidad, teme el Oviedo, que tendría que afrontar una obra millonaria.

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