Pocos arreglos habrá que hacer este año en los trajes que los Reyes Magos lucirán el martes en la cabalgata. Melchor, Gaspar y Baltasar, en avanzadilla desde el campamento que ya tienen instalado cerca de Oviedo, hicieron una breve incursión en la ciudad para probarse la ropa y los tocados. Lo hicieron en la Escuela de Minas, como otros años, y tras tomar medidas las costureras confirmaron que Sus Majestades de Oriente mantienen el tipo y están en forma.

Los Reyes sólo pasaron un par de horas en Oviedo, por la mañana, y estuvieron acompañados por sus ayudantes en todo momento. Este año el de Melchor es el hostelero Paco Colunga, impulsor del Bulevar de la Sidra. El suyo es el vestuario más colorido. Combina azules y rosas, y bordados en las mangas y la pechera. Durante las pruebas, Su Majestad aseguró que a pesar de lo complicado que parece "el traje es cómodo y se va a llevar bien, porque el día de la cabalgata va a haber tanta ilusión que no vamos a pensar en él".

Lo mismo opina el radiofonista Luciano García, que es el asistente de Gaspar. Es el más experimentado, porque hace treinta años ayudó a Baltasar y dos años más tarde echó una mano a Gaspar. "Ahora la cabalgata es más brillante y participativa", en su opinión.

El sastre James Hanunu, un nigeriano afincado en Oviedo desde hace cinco años, se encarga estos días de los asuntos del rey Baltasar. Asegura que está "tranquilo" y encantado de poder ayudar a Sus Majestades. En su país se celebran las navidades, contó, y los Reyes Magos visitan a los niños repartiendo regalos, como en España.

Los ayudantes de Melchor, Gaspar y Baltasar también les escriben cartas y les piden regalos. Los suyos son muy especiales: "Queremos que los niños sean felices, que todos puedan tener un juguete a pesar de las dificultades económicas. Nosotros estamos seguros de que será así. Además, queremos que se acaben las guerras, que haya más trabajo, más dinero, que vivamos mejor y seamos más felices". Aseguran que no solo los niños pueden pedir regalos a los Reyes Magos, también los adultos. En su caso dicen que lo mejor es desear "salud, vivir tranquilos y tener una buena vejez".

En la relación que mantienen los Reyes y sus ayudantes hay algunas curiosidades. Luciano García comentaba ayer que ésta es ya la segunda vez que trabaja con Gaspar y, aunque lo hace muy a gusto, su rey favorito cuando era niño era Melchor.

Antes de pasar por la Escuela de Minas a hacerse las pruebas de vestuario, los Reyes Magos habían visitado la cárcel de Villabona con los cofrades de la Hermandad de Jesús Cautivo, que tiene su sede en la parroquia de San Juan El Real. Llegaron a Oviedo al mediodía, para adorar al Niño Jesús en la iglesia parroquial y atender durante un rato las peticiones de decenas de chiquillos. Para este trabajo contaron con la colaboración de otros ayudantes, todos cofrades: Agustín González González (Baltasar), Carlos Fernández Garrido (Gaspar ) y Alfredo García Portero (Melchor).

La agenda de Sus Majestades estaba apretadísima. Reservaron un rato para las pruebas de vestuario y tras comprobar que los trajes les quedan perfectamente y les abrigan bien -contaron que han pasado mucho frío durante el viaje desde Oriente y parece que las temperaturas van a descender los próximos días-, los Reyes Magos dejaron Oviedo. "Volvemos a los campamentos y estaremos por los grandes almacenes preparando los juguetes de los niños, con nuestros pajes", explicó el ayudante de Gaspar antes de despedirse. El martes regresarán y a las doce se les podrá ver en el Campo San Francisco, en el edificio del Pavo Real que ahora es utilizado por su emisario Aliatar para ir adelantando trabajo a Sus Majestades.