La revista de literatura infantil y juvenil "Platero" ha cumplido treinta años y supera ya los doscientos números. Su director, Juan José Lage, es un firme defensor de las bibliotecas escolares y de hecho "Platero" tiene su origen en una de ellas, la del colegio público de Infiesto, de la que se hizo cargo en 1985 y que revitalizó editando un boletín. Fue su germen. El futuro es incierto. Lage afirma que "las revistas culturales en nuestro país tienen poca tirada y poca influencia"; ahora, además, hay que competir con los formatos en internet.

Al constituirse el Centro de Profesores de Oviedo los promotores de aquel boletín consiguieron financiación y mejoraron el formato. Con el aspecto con que ha llegado a la actualidad, la revista comenzó a distribuirse en todos los colegios de Asturias y hace tiempo ya por el resto de España.

"Platero" ha tenido varios momentos de gloria. En 2007 el Ministerio de Cultura otorgó a la publicación el Premio Nacional al Fomento de la Lectura y el mismo año la Organización Española para el Libro Infantil también la distinguió. "Recuerdo la entrevista con José María Sánchez-Silva, director del diario 'Arriba', el autor del clásico 'Marcelino Pan y Vino', que apareció en el primer número, y al que visité personalmente en su casa de El Escorial cuando yo estaba haciendo la mili en Segovia", relata Lage, que también destaca los números monográficos dedicados a Andersen, Charles Dickens, Ana María Matute, Edgar Allan Poe y Juan Ramón Jiménez.

"Está demostrado que cuando una biblioteca escolar funciona dignamente, el índice de lectores aumenta", sostiene el director de "Platero". Cuenta que "el noventa por ciento de las bibliotecas de los centros -al menos de los de Primaria que son los que mejor conozco- están en precario. Las pocas que funcionan correctamente, lo hacen gracias a la implicación de algún docente con voluntad y ganas de innovar, y sin ningún incentivo a cambio". El desinterés es tal que Lage se teme que "tal vez no interese a los políticos que leamos mucho, no sea que nos reconvirtamos en excesivamente críticos".