Rosario Menéndez-Viña Díaz-Ordóñez falleció ayer en Oviedo a los 97 años de edad. La mujer era la viuda de quien fuera presidente del Banco de Asturias, de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Oviedo y director general de Hidroeléctrica del Cantábrico, Prudencio Fernández y Fernández-Pello, fallecido en abril de 1990. Asimismo, fue miembro del Consejo de Administración del Banco de Asturias y de la sociedad Inversiones Herrero hasta su fallecimiento.

Menéndez-Viña estaba muy vinculada a la localidad de Somao (Pravia), donde hoy se oficiará su funeral, a las 16 horas. Después sus cenizas recibirán cristiana sepultura en el panteón familiar del cementerio de Muros de Nalón. La familia Fernández Menéndez-Viña tiene una casa en la localidad praviana, donde solía disfrutar del verano costero.

En una nota necrológica publicada en LA NUEVA ESPAÑA con ocasión de la muerte de Prudencio Fernández y Fernández-Pello, el periodista Eugenio de Rioja destacaba su "agudeza de carácter" y su "sólida preparación técnica, económica y financiera". Entre sus logros señalaba que, durante su presencia en la cúpula de Hidroeléctrica del Cantábrico, se construyeron "los saltos de Priañes, Miranda, Proaza y Tanes y las termoeléctricas de Soto de Ribera, en comunidad con Viesgo y Compañía Eléctrica de Langreo -hoy de Hidrola-, y de Aboño, para abastecer la creciente demanda energética del mercado asturiano".