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Generación OVD

"La terapia psicológica mejora la calidad de vida de los pacientes con esquizofrenia"

"La terapia psicológica mejora la calidad de vida de los pacientes con esquizofrenia"

El tratamiento de la esquizofrenia no es cuestión exclusiva de fármacos. Un grupo de investigadores con amplia presencia asturiana ha demostrado que una técnica psicológica de origen oriental, denominada "mindfulness", mejora de forma "significativa" la calidad de vida de los pacientes. Esta investigación, llevada a cabo en las Islas Baleares, ha supuesto la incorporación, de forma pionera en la sanidad pública española, de esta herramienta a los protocolos terapéuticos del trastorno mental grave.

El mindfulness viene a consistir en una toma de distancia del trastorno mental. Una estrategia que se sustancia en esta recomendación: "Aparezca lo que aparezca en la mente, simplemente obsérvalo, sin juzgarlo ni intentar evitar que ocurra".

¿Qué significa una mejora de la calidad de vida psicológica de los enfermos? "Implica que, tras la intervención, tienen mejor autoestima, más emociones positivas, menor frecuencia de emociones negativas y mejor imagen corporal", explica Emilio López Navarro (Oviedo, 1983), investigador del grupo Evolución y Cognición Humana (IFISC-CSIC) de la Universidad de las Islas Baleares y primer firmante del artículo científico que explica esta investigación, recientemente publicado en la revista internacional "Elsevier".

Este trabajo constituirá la base de la tesis doctoral en la que está inmerso este licenciado en psicología por la Universidad de Oviedo, quien prevé que su investigación se prolongue durante tres o cuatro años más. "El primer trabajo lo llevamos a cabo sin ningún apoyo pero, gracias a que nos salió bien y a que logramos publicarlo en una revista de impacto, hemos conseguido una beca del Govern balear que nos permitirá desarrollar una estrategia mucho más ambiciosa", señala López Navarro.

Otros asturianos que integran el grupo son las gijonesas Cristina del Canto y Miriam Belber (ambas psicólogas hospitalarias) y el mierense Ovidio Fernández Alonso, psiquiatra y coordinador de la unidad comunitaria de rehabilitación de Serralta (Palma de Mallorca). Fue en esta unidad donde se desarrolló la investigación, con 51 pacientes, bajo la guía conceptual de Paul Chadwick, catedrático de psicología clínica del King´s College (Londres), unos de los máximos exponentes del mindfullnes a nivel mundial.

Entrar en los detalles de esta indagación exige, como primer paso, explicar qué es el mindfulness. Se trata de un constructo teórico que procede de las tradiciones orientales y que se ha traducido al castellano como "atención plena". Su significado se concentra en tres elementos: 1) conciencia 2) de la experiencia presente 3) con aceptación.

El psicólogo ovetense lo explica con la denominada "metáfora del jardinero", que se resume del siguiente modo. Un jardinero cultiva rosas, y un buen día observa que en su jardín surgen malas hierbas. Opta por arrancarlas, pero ve con desesperación que vuelven a surgir, y termina obsesionado con la maleza e incapaz de disfrutar de sus rosas, que allí siguen. Con el mindfulness, las malas hierbas pasan a ser un mal inevitable, pero que no le impide disfrutar de las rosas, que recuperan la categoría de preocupación prioritaria.

Trasladada esta estrategia a un problema de esquizofrenia, el enfermo es entrenado en un tipo peculiar de observación de su propio contenido mental -emociones, sentimientos, pensamientos...-, lo acepta y no entra a juzgar por qué está ahí. Dicho de otro modo, observa que está triste, sin juzgarse por ello; sin dejarse abatir por razonamientos del tipo "no debería estar triste, si estoy triste es que soy débil".

El mindfulness ha demostrado su eficacia en el tratamiento del dolor crónico, el cáncer o el sida. Obviamente, no cura estas enfermedades, pero sí potencia la respuesta psicológica de los afectados, con una repercusión positiva muy directa en la calidad de vida.

La esquizofrenia es una patología mental caracterizada por síntomas como alucinaciones (oír voces, ver cosas sin que exista un estímulo real...) y delirios (creencias sin base de realidad, vividas por ellos como si fueran reales). Entre sus contenidos suelen surgir la creencia de tener algún poder o misión especiales en la vida, o la sensación de ser perseguido. Este trastorno puede tener diferentes cursos evolutivos, con más o menos recaídas en forma de brotes, y mayor o menor deterioro a lo largo del tiempo. La definición del trastorno mental grave incluye también una duración de dos años o más, y un deterioro progresivo y marcado en el funcionamiento personal, laboral, social y familiar, aunque remitan los síntomas.

Hasta la fecha, el tratamiento de los trastornos psicóticos para reducir los síntomas y la probabilidad de recaídas son los psicofármacos denominados "antipsicóticos". "Presentan numerosas limitaciones", señala Emilio López Navarro, quien las especifica: "Más de la mitad de los pacientes no se benefician de esta medicación para las alucinaciones y los delirios, y son terapias con numerosos efectos secundarios, por lo que la tasa de abandono de la medicación es muy elevada".

El objetivo de la intervención con estos pacientes se enfoca hacia "la mejora de sus capacidades personales y sociales, una optimización en la calidad de vida propia y de su familia, y el apoyo a su participación social en la comunidad de la forma más activa, normalizada y autónoma", subraya el psicólogo.

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