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Un examen MIR para correr riesgos

La academia ovetense que prepara a 1.300 médicos para la prueba subraya que la mejor táctica ante la nueva estructura de las preguntas es contestarlas todas

Alumnos del curso MIR de Oviedo. En el centro, Jaime Baladrón. LNE

El examen para acceder a plazas MIR, programado para el próximo 6 de febrero, exigirá un cambio de estrategia radical por parte de los médicos que lo realicen para acceder a una plaza de formación como especialista. Debido a un cambio en la estructura de las preguntas, que hasta la fecha ofrecían cinco respuestas posibles y ahora ofrecerán sólo cuatro, los responsables de la Academia MIR de Oviedo recomiendan a los 1.300 candidatos a los que están preparando que respondan la totalidad de las mismas, incluso de aquéllas de las que no tengan ni la más remota idea.

Sobre el papel, este cambio de paradigma beneficia ligeramente a las mujeres, que en la historia de las pruebas MIR se han mostrado algo más prudentes que los varones a la hora de enfrentarse a preguntas cargadas de incertidumbres en las que se aconsejaba sopesar mucho los riesgos.

"El manejo del riesgo va a ser más decisivo que nunca", subraya Jaime Baladrón, director de la Academia MIR ovetense. "Antes recomendábamos correr riesgos en función de lo que cada alumno sabía. Los que iban más preparados debían dejar menos preguntas en blanco, porque ante la duda tenían más posibilidades de acertar", explica el doctor Baladrón. Ahora, esta distinción ha perdido razón de ser.

La clave de este cambio hay que buscarla en una modificación del examen introducida por el Ministerio de Sanidad. En cada una de las 225 preguntas (más 10 de reserva) se darán cuatro respuestas posibles, una menos que hasta ahora. Sin embargo, las respuestas erróneas siguen penalizando lo mismo: por cada tres errores se resta una válida. Con lo cual, responder al tuntún será neutro -ni sumará ni restará- mientras que antes el exceso de arrojo terminaba mermando la nota. Todos estos razonamientos se basan, naturalmente, en la estadística; luego habrá que ver qué repercusiones tienen en cada candidato concreto.

"A los alumnos les estamos recomendando que lo contesten todo, es un cambio significativo", resume Jaime Baladrón, quien puntualiza que resulta "poco habitual" que los candidatos se enfrenten a preguntas sin capacidad para descartar siquiera uno de los supuestos. El curso MIR de Oviedo solía facilitar a sus estudiantes una herramienta informática para ayudarles a gestionar el riesgo con arreglo a su nivel de conocimientos, pero con el nuevo formato del examen este instrumento "ha sido desactivado".

Fue el pasado mes de junio cuando el Ministerio de Sanidad anunció que el número de respuestas posibles de cada pregunta se reduciría de cinco a cuatro, de las que sólo una será válida. Un mes después, "ya teníamos adaptado a este formato todo el curso, o sea, las más de 60.000 preguntas que figuran en nuestra base de datos", precisa Jaime Baladrón. Los alumnos del curso MIR ovetense están siendo adiestrados en el nuevo modelo en el que la plantilla de respuestas del examen pasa de ser numérica a un sistema de marcado. Durante este último mes de preparación realizan cada día un examen tipo MIR.

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