El Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA fue el escenario ayer de la presentación del libro "Vacas y perros en el mundo rural de Siero", un trabajo que pretende ser un homenaje "a todos esos paisanos" del campo asturiano "que aún diferencian muy bien el mugido de cada una de sus cabezas de ganado y los ladridos de sus perros", asegura el profesor universitario Ezequiel Martínez, que es el autor de la obra en colaboración con su hermano Darío y con la veterinaria Laura Gutiérrez. Según reflejan los padres del libro, "Asturias es uno de los pocos sitios en los que a los animales se les pone nombre y no son tratados exclusivamente como máquinas de producción", una región en la que "hemos visto llorar a algunos ganaderos por tener que sacrificar a una vaca".

El libro se divide en tres partes. En una de ellas Ezequiel Martínez utiliza recursos autobiográficos, historias personales, para reflejar esa "relación especial" que existe en Asturias entre los habitantes del medio rural y sus animales. "Yo soy de Valdesoto. Hubo un tiempo en el que cortejaba en Villaviciosa y siempre que iba paraba en Sariego para ver a un amigo que tenía vacas. Un día se le murió una de ellas y me dijo que iba a enterrarla debajo de un roble de su propiedad para honrarla por todo lo que le había dado", afirma Martínez como ejemplo de ese respeto animal que en su opinión existe en Asturias.

A Laura Gutiérrez le tocó aportar el trabajo de campo, sus experiencias en el día a día como veterinaria en la comarca del Nora. "Es verdad que el mundo rural se está perdiendo, pero en la Asturias rural es diferente. La gente te llama para decirte que su vaca está triste, no para decirte que está enferma. El otro día le preguntamos a un pastor en Zamora que cómo se llamaba su perro y nos contestó extrañado: 'cómo se va a llamar, se llama perro", asegura la veterinaria. En el capítulo elaborado principalmente por Darío Martínez también se denuncian ciertas posturas extremas en favor de los animales. "Habla de la humanización que algunas personas les dan a los perros y de que a veces se olvidan de otras cosas muy importantes que hay a su alrededor", subraya su hermano Ezequiel.