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Ramiro Fernández lleva a Gijón su exposición de barbería porque "aquí me dan largas"

El psicoesteta asegura que el tripartito no acaba de darle fecha en Trascorrales para mostrar su amplia colección

Un maletín de barbero. LNE

Ramiro Fernández expondrá sus tesoros en Gijón porque "en Oviedo no hacen más que darme largas". El peluquero y psicoesteta se ha cansado de esperar a que el Ayuntamiento de la capital asturiana le dé luz verde para usar la plaza de Trascorrales en junio donde pretendía montar una exposición con sus piezas de coleccionista, un total de 416 objetos de barbería y peluquería desde el siglo XVIII al actual. "Llevo más de seis meses lucha que te lucha con el gobierno local para poder hacer la muestra que siempre he querido y no hay manera, oye", explica Fernández, que este año celebra sus bodas de oro en el negocio capilar y quiere celebrar el aniversario "compartiendo con los ovetenses mis piezas más preciadas".

El peluquero de la selección nacional de fútbol durante los últimos 24 años guarda una parte de las piezas en su centro capilar ovetense de la calle Arquitecto Reguera. De hecho, están a la vista. La otra la guarda en un local de la Corredoria "porque no daba abasto y allí están más seguras".

Su particular vía crucis con el Ayuntamiento de Oviedo se remonta al verano, cuando tomó la decisión de contactar con la Concejalía de Cultura para contar su proyecto y "seguir los cauces reglamentarios y oficiales". Así pues, habló en primer lugar con el por entonces recién nombrado edil de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi". "Allí me dijeron que mi plan era muy interesante, que merecía la pena y que era posible llevarlo a cabo en Trascorrales -donde yo quería- en junio de este año", explica minuciosamente el psicoesteta, en plena faena capilar. Pero de pronto, su plan se torció. "En Cultura dijeron que tenían que avisar a Protocolo para que los técnicos le diesen el visto bueno. Y aquí sigo esperando la respuesta", concluye Ramiro, que cuando ya daba por perdida la oportunidad de montar la exposición, recibió una llamada que le alegró el día.

La Concejalía de Cultura de Gijón le ofreció hacer la exposición en el Real Instituto Jovellanos en mayo, sin esperas burocráticas o formalistas de por medio, "y hasta me ponen gratis el transporte de las piezas", cuenta algo triste porque desea montar la muestra en Oviedo. De hecho, aún espera poder celebrar en junio y en Trascorrales sus cincuenta años en el mundo de la estética y la peluquería.

Ramiro comenzó su colección con un secador de pelo de 1936, que ahora cuelga de una de las paredes de su establecimiento rodeado de otros objetos. Más secadores eléctricos y un buen número de instrumentos de barbero de metal y de cerámica. Por el suelo hay algunas escupideras y a la entrada de su despacho ha colocado una de las piezas de las que se siente más orgulloso: un sillón de barbero de 1885 que consiguió en un petrolero que atracó en el Musel y que cambió a los marineros por dos sillones españoles. También hay vitrinas repletas de pulverizadores, recipientes para el champú, navajas -la más antigua data de 1905-, lociones y colonias, peines de hueso, liendreras delicadamente decoradas, rizadores de bigotes y un sinfín de curiosidades.

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