El spa del Naranco es uno de los equipamientos que fue gafado por la crisis del ladrillo y cuya alternativa se ha visto paralizada por el cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Oviedo. En un principio, el spa del Naranco formaba parte de un plan de equipamientos mixtos -construidos en suelo público, pero por la iniciativa privada- que impulsó el antiguo alcalde, Gabino de Lorenzo (PP), en varias parcelas que había obtenido el Ayuntamiento a raíz del desarrollo urbanístico de la ciudad. Los populares plantearon en 2006 equipamientos de estas características en Montecerrao, La Florida, La Corredoria, el Rubín y Ciudad Naranco. Casi un década más tarde, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y el recrudecimiento de la crisis económica por el medio, ninguno de ellos salió adelante. Algunos terrenos se aprovecharon: en Montecerrao se hizo un gimnasio de gestión privada pero con precios populares y en La Florida se aprovechó para levantar una escuela infantil de 0 a 3 años. En este caso se había producido una situación parecida al del spa del Naranco, ya que la empresa a la que se adjudicaron los trabajos los abandonó llegando a un acuerdo con el Ayuntamiento para cobrar (1,3 millones) por la obra ejecutada.

Pero no ha sido así en el spa de Ciudad Naranco. Una vez descartado el proyecto, el PP, ya con Agustín Iglesias Caunedo, anunció durante su mandato la construcción de un complejo público-privado. La parte pública sería un polideportivo multiusos que podría albergar conciertos con un aforo de 10.000 personas. La privada sería un gimnasio "low cost" a imagen del de Montecerrao. Pero el tripartito ha desterrado la idea, apostando por un polideportivo con piscina.