"En el Teléfono de la Esperanza somos una secta, una secta preciosa, la de la felicidad. Somos un grupo de personas que transmitimos la felicidad con la que trabajamos. Llegamos allá donde los poderes públicos no llegan, y no estamos valorados como deberíamos por ellos", destacó ayer Daniel López, psicólogo y voluntario de esta Organización No Gubernamental (ONG), que cumple 40 años de trayectoria en Asturias.

Para celebrar su cuadragésimo aniversario han preparado una semana de actividades, que arrancarán mañana, a las 19.00 horas, en la plaza de Trascorrales, entre las que se incluyen consultas individuales, 28 microtalleres, mesas redondas y un espacio festivo; un programa que presentaron ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. "El altruismo, la generosidad, la ilusión por hacer cosas que tienen los 103 voluntarios que componen el Teléfono de la Esperanza de Asturias es lo que ha permitido desarrollar este programa de actividades, que ellos mismos harán realidad desde mañana", explicó Rosa de Arquer, psicóloga y voluntaria. Hasta el domingo 24 de enero, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00 horas, todas las personas tendrán disponible un teléfono en Trascorrales para probar en directo este servicio. "Que descubran el anonimato, la ayuda y el respeto con el que se trata a todo el mundo", indicó De Arquer. Además, varios personajes de la vida social y política de Asturias permitirán conocer la realidad de la región en las mesas redondas; se podrá conocer en microtalleres grupales de dos horas cómo y en qué puede ayudar el Teléfono de la Esperanza; y se pondrán a disposición de quien lo necesite, con cita previa, 70 horas de consultas individuales con profesionales. También, todos aquellos que quieran sumarse a este servicio como voluntarios podrán conocer en Trascorrales cómo hacerlo. ¿Los requisitos? "Ganas de colaborar. Todo el que quiera ser voluntario recibirá una formación exhaustiva para aprender a escuchar, saber acoger y responder al otro durante un año", destaca De Arquer.

"El Teléfono permite superar la barrera del espacio físico y estar al momento conectado desde cualquier lugar con otra persona. Además, la persona no tiene que dar la cara, lo que le permite hablar de problemas vergonzosos o comunicar secretos que considera inconfesables sin ser juzgado", destacó Hilario Paz, presidente del Teléfono de la Esperanza en Asturias. Y, como llevan haciendo desde 1975, continuarán ayudando de manera gratuita a "erradicar la soledad que tanta gente vive a pesar de vivir aglutinados en ciudades y estar permanentemente comunicados", dijo Paz.