Alvare o Alvaré, en este caso en asturiano, es la población de la parroquia de El Fresno, en Grado, que cuenta con un mayor número de vecinos respecto al resto de las localidades que componen la entidad parroquial junto con La Caridad (La Caridá), El Fresno (El Freisnu), Los Fornos, Los Macetes, Las Novales, La Tronca y El Bondello. Como tantos pueblos asturianos Alvare también se distribuye por barrios y se ubica en una zona con unas excelentes vistas, algo que sucede en casi toda parroquia, algo comprensible si tiene en cuenta el lugar donde se ubica, balcón privilegiado a Asturias, en la divisoria entre los valles del río Nalón y Narcea.

El pueblo mantiene su rutina diaria de trabajo en el campo y, junto con los habitantes de mayor edad, más apegados a la tierra, también hay gente joven que, al tiempo que vive allí o mantiene el hogar familiar acudiendo los fines de semana, también son ganaderos como sucede con Alejandro Díaz Álvarez, joven emprendedor de la zona, que ha invertido sus ahorros en una potente ganadería de vacuno de carne. El, que recientemente ya contó a este periódico su experiencia, y su mujer Laura, padres de dos niños de corta edad, se han convertido en ganaderos como una opción de presente y de futuro en la que creen firmemente.

Por el camino que lleva a Alvare, cruzan también otros y, en ocasiones, sobre todo cuando llega el buen tiempo, los peregrinos que van a Santiago de Compostela pues bien es sabido que esta parroquia es tramo obligado de paso en el Camino Primitivo. En este pueblo, como si fuera una joya, se mantiene un pisón de escanda donde, a día de hoy se sigue moliendo de vez en cuando tal y como señaló quien fuera su propietario, José Luis Álvarez Suárez. Alvare es uno de los pueblos que forman parte de la ruta de la Escanda, en el concejo.