La noticia de la construcción de la nueva bolera de El Berrón supone un aliciente más para una peña que comenzó a finales de 2011 como un grupo de amigos con escasa experiencia y mucha ilusión. En menos de un lustro se ha convertido en una referencia de la cuatreada, fruto del esfuerzo y la constancia de muchas horas de entrenamientos y dedicación que ya se ven reflejados en un nutrido palmarés.

Ejemplo de los grandes logros cosechados en poco tiempo es el ascenso a Primera categoría obtenido por el equipo absoluto en el recientemente finalizado 2015. El propio presidente, Chus Rodríguez, además de Jairo Ramis, Saúl y David Toimil, Dani Méndez y Eloy Ibáñez fueron los artífices del título de Segunda logrado ante los piloñeses de Belonciu por 14 a 5 en la bolera de Lieres.

El reto de este año es mantener esa categoría sin descartar un posible intento de subir a la División de Honor. Un cometido para el que se contará con una gran incorporación realizada ya a mitad de la pasada campaña como es el exjugador de la peña Villa de Noreña Alejandro Nuño, que posee un gran palmarés tanto colectivo como individual, además de formar parte del selecto club de 32 jugadores de la máxima categoría junto a las grandes figuras de la cuatreada actual.

Sin embargo, los mayores rendimientos de El Berrón se obtienen desde la base. En los últimos años la peña acumula varios campeonatos de Asturias de categorías inferiores colectivos e individuales. Jugadores como Víctor Valdés, Elías Mier y Cristian son algunos de los nombres más destacados, entre los que merecen mención aparte las chicas. Las hermanas Alicia y Sara Rodríguez, María García y Mireia Iglesias componen, además, el equipo campeón de Asturias femenino de las últimas tres campañas, así como otros tantos títulos por parejas.

Un historial envidiable que tiene como secreto únicamente la constancia y la dedicación. Raro es el día en el que uno se pasa por la bolera Valentín Palacio de Pola de Siero o la de El Chalupu de La Carrera y no se encuentra a alguno de los miembros de la peña El Berrón practicando. Unos entrenamientos que se alargan durante muchas horas a la semana y que, unidos a la alta carga de competición, se llevan gran parte de la vida de los jugadores. A ellos no les importa renunciar a otras metas para progresar en su gran pasión, a la que a partir del verano esperan dedicar también el tiempo y molestias que todavía hoy les supone desplazarse a la Pola a jugar a los bolos.