El viejo profesor de Informática, hoy alcalde de la ciudad, Wenceslao López Martínez (PSOE), volvió a dirigirse, "después de cinco años de jubilación", a los alumnos de la Escuela de Ingeniería Informática para estimularles en una "profesión muy constructiva y con una libertad creativa enorme según el estilo, la cultura y la forma de hacer de cada cual".

Le escuchaban en el Paraninfo histórico de la Universidad de Oviedo los titulados que iban a recibir diplomas, becas y medallas de la Escuela, acompañados por familiares y profesores. Pero también oyeron a Wenceslao López hablar de cosas amargas: "El mundo digital está lleno de intermediarios y mercenarios de 'empresas humo' que se llevan una parte de los beneficios", lo cual explicaría la caída de los sueldos en el sector y la distancia entre la enorme demanda de estos productos y servicios y el decrecido número de alumnos en las escuela del ramo, explicó López con una intensa coloración humanista en su discurso.

Como el que llama la atención sobre alguien que debe ser escuchado, Víctor Guillermo García García, vicerrector de Campus, Informática e Infraestructuras, le había presentado como "el más veterano de los que aquí estamos".

Y, en efecto, Wenceslao López evocó que "hace 45 años entré en el mundo digital", al tiempo que mostraba una tarjeta rectangular apaisada: "Con esto empecé a trabajar, es un cuarto de DIN A-4 y tenía capacidad para 80 caracteres". Sin embargo -y en la otra mano tomó un pequeño lápiz de memoria USB-, "esto tiene hoy una capacidad 25 millones de veces superior y, salvo en la informática, no hay tecnología que pueda avanzar a esta velocidad".

Entrando ya en la materia de su disertación -"Perspectivas de empleo en el mundo digital"-, López destacó que "nuestro sector tiene un ocho por ciento de paro, que es casi el pleno empleo, y el 80 por ciento de los que terminaron sus estudios en 2010 ya trabajaban en 2014". Y, sin embargo, "de 2003 a 2015 la matrícula en nuestras escuelas ha bajado un 50 por ciento". ¿Cómo es posible esa contradicción en un "sector de casi pleno empleo y con buenas expectativas, ya que, por ejemplo, "3.000 millones de personas se conectan, se informan y se comunican por internet?", se preguntó el conferenciante. Una de las explicaciones sería precisamente "la bajada de los salarios por tantos intermediarios, empresas que aparecen y desaparecen como champiñones y que especulan en una cadena de subcontratas intermedias que se llevan una parte importante de los beneficios".

El resultado de esta caída laboral supone que "Europa tiene 900.000 empleos de profesionales cualificados sin cubrir". Un ejemplo: "En EE UU, el desarrollo de software para móviles ha generado 500.000 empleos, y según eso, en Europa debería haber casi un millón y medio de empleos en la misma tarea, pero no es así".

Y existe ya otra área con gigantescas perspectivas: "Hacer que nuestras ciudades, que son estúpidas, se vuelvan inteligentes requerirá en Europa 50.000 millones de nuevos dispositivos que hagan que cada objeto -semáforo, rotonda, tubería, cable, etcétera- sea inteligente".

Finalmente, a los titulados que tenía enfrente les pidió evitar "aberraciones producto de conocer sólo el mundo digital e ignorar el mundo real, el de las personas". Y apostilló: "Tendréis que estudiar mucho más, pero mucha suerte".