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Sin casa por ocho centímetros

Conchita González lleva cinco años sin poder entrar a su portal, desde que unas obras obstaculizaron el paso a su silla de ruedas

Una maniobra imposible. Parece poca cosa a simple vista, una corta y leve inclinación, pero su 21% de desnivel es suficiente para impedir que Conchita González pueda por sí misma sujetar la puerta y, al tiempo, empujar las ruedas de su silla para salvar el desnivel. LUISMA MURIAS

Conchita González Fernández lleva cinco años sin poder entrar por sí misma en su portal. Una rampa del 21 por ciento de desnivel -apenas ocho centímetros de altura y un par de palmos de ancho-, le dificultan acceder a su edificio de la calle Asturias en su silla de ruedas. Ahora vive con su marido y sus dos hijos en otro piso del Parque del Oeste, sin barreras arquitectónicas pero mucho más pequeño. A esta ovetense de 49 años y antigua trabajadora del Registro de la Propiedad le cambió la vida un tumor intramedular a los pocos meses de tener a su segundo hijo, un niño que en una actividad del colegio sobre qué deseaba para el futuro dijo "que ganemos al Ayuntamiento". Lo cuenta su marido, Manuel Bustillo Pérez, como anécdota de un complicado proceso de reclamaciones, denuncias, licencias de obra, modificaciones de proyecto, inspecciones y finalmente (o eso parece) una sentencia, que le han privado de miles de horas de sueño y le han provocado un problema en el conducto lagrimal a base de tirarse noches enteras estudiando y redactando folios con un único objetivo: Volver a su casa. "Al menos, de algo me ha servido haber estudiado Derecho", comenta sin levantar la vista de un expediente de 800 páginas que se sabe prácticamente de memoria.

El vía crucis de esta familia comenzó en 2011 cuando, de acuerdo con la comunidad de vecinos, decidió adaptar el portal a las necesidades de Conchita. La obra corrió a cargo de la empresa ThyssenKrupp y se trataba de instalar un ascensor y eliminar las barreras arquitectónicas. Lo más importante del proyecto era que la entrada iba a quedar a cota cero, es decir, al mismo nivel que la acera. Y que el elevador obligaba a reducir la anchura de la escalera "sin incumplir la normativa". Sin embargo, el resultado fue distinto. El portal no es accesible para ella y las escaleras son estrechas, curvas y con escalones de diferentes medidas "que son un peligro para cualquiera", explica su marido, que trató en repetidas ocasiones y antes de que finalizasen las obras, evitar que el Ayuntamiento (a través del servicio municipal de licencias) le diera el visto bueno al trabajo. La Asociación de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos del Principado de Asturias (ASPAYM) llegó incluso a emitir un informe a favor de la familia en el que hizo constar que a la mujer "le resulta imposible acceder al portal de forma autónoma y segura debido a la inclinación de la rampa y a la dificultad que representa impulsar la silla sobre un plano inclinado y simultáneamente abrir la puerta, empujarla y entrar".

Pese a las protestas, los funcionarios municipales aprobaron la obra porque, a su juicio, sólo había "una ligera elevación" del portal, dando lugar entonces a un ir y venir de alegaciones, firmas de apoyo, informes de arquitectos, modificación del proyecto, reuniones con los partidos políticos con representación en el Ayuntamiento y recursos de reposición. Pero como el portal seguía igual, fueron a los tribunales. En julio, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 6 de Oviedo obligó al Ayuntamiento a subsanar los fallos de la obra, bien a través de la empresa encargada del proyecto, o bien de forma subsidiaria. Según Manuel Bustillo, el Ayuntamiento le dio de plazo a la empresa hasta el 23 de diciembre para arreglarlo. "Y llegó Nochebuena, Navidad, Nochevieja y aquí estamos, en 2106 esperando por un trabajo que ronda los 1.800 euros y que no lleva más de una tarde hacerlo", dice el marido de Conchita a modo de explicación.

Cuando la familia ya se había hecho a la idea de que no había nada que hacer, recibieron la noticia que llevaban esperando un lustro. El Ayuntamiento se haría cargo de las obras directamente. Lo decidió la corporación municipal por unanimidad de todos los grupos políticos durante una comisión especial celebrada el 30 de diciembre. Sin embargo, la primera empresa ejecutora ha solicitado una prórroga de un mes para presentar un nuevo proyecto de obra del portal y llevarlo a cabo. "El servicio de licencias municipal se lo ha concedido", dice Conchita, que teme que" la pesadilla vuelva a empezar" y ya no sabe cómo decirle a su hija mayor que "igual nunca podrá volver a su antigua habitación".

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