Los estudiantes ovetenses que estuvieron ayer en el Teatro Filarmónica aprendieron una lección que no forma parte de su temario habitual: la música puede servir como vehículo transmisor de contenidos pedagógicos y es capaz de fomentar los valores humanos. Un total de 826 alumnos de doce centros ovetenses asistieron a la jornada de presentación del espectáculo "Teranga. El legado de los griots de Senegal", un montaje musical protagonizado por un grupo de jóvenes senegaleses que actualmente viven en Cataluña y trabajan para mantener viva la tradición cultural de su país.

Para llegar al máximo de estudiantes posible, ayer se representaron dos funciones y hoy habrá otras dos con nuevos alumnos en el patio de butacas. Según las previsiones, más de 1.700 jóvenes de entre ocho y dieciséis años pasarán por el Filarmónica para disfrutar del espectáculo organizado por la obra social de la Caixa en colaboración con el Ayuntamiento de Oviedo. "En el actual panorama educativo la música ha perdido fuerza, por eso nos parece muy importante que los estudiantes puedan asistir a espectáculos tan llenos de contenido como este", afirma el concejal Fernando Villacampa (Somos), que asistió a la presentación como representante del tripartito.

El cartel preparado para este año por los organizadores busca "dar a conocer un poco más las tradiciones de África occidental y concienciar a los estudiantes en convivencia y respeto por otras culturas", asegura Iván Ardura, de la obra social de La Caixa. Los encargados de hacerlo son los miembros del grupo "Djilandiang", un colectivo en el que hay miembros que son descendientes de castas de griots, las figuras encargadas de mantener y transmitir la cultura oral en Senegal. "Para que se entienda, son similares a los juglares medievales, contadores de historias", señala Ardura. Para mostrar al público todas esas tradiciones, los miembros de "Djilandiang" utilizan sobre las tablas gran cantidad de instrumentos, canciones y danzas que hablan de su pueblo y de sus costumbres. "La verdad es que se trata de una oportunidad para conocer una cultura de la que sabía bastante poco. A través de la música todo se entiende más fácil", sostiene Rocío García, una alumna del colegio La Milagrosa que ayer estuvo disfrutando del espectáculo desarrollado en el Teatro Filarmónica.

A su compañera Verónica Álvarez también le gustó la iniciativa. "A veces también se aprenden cosas fuera de las clases. Estamos haciendo una actividad que no es muy habitual para nosotros y encima conociendo otra cultura", defiende. En esa misma línea se mantiene Nerea González, que también piensa que las actividades extraescolares son una motivación para los estudiantes. "Es divertido salir del colegio para hacer cosas diferentes a las que hacemos todos los días. Me gusta mucho la música y en los conciertos me lo paso muy bien", mantiene la joven, que ayer se encontraba sentada al lado de su compañera Ana Márquez. "No es igual que la música que suelo escuchar, pero también es bueno conocer las tradiciones de otros países que no son el nuestro", afirma esta última alumna.

Los conciertos escolares organizados por la obra social de La Caixa y el Ayuntamiento llevan celebrándose en Oviedo durante seis años consecutivos. A lo largo de todo este tiempo han pasado por los diversos espectáculos un total de 13.834 estudiantes. Como complemento didáctico al concierto, los organizadores han preparado un dossier con ejemplos, ilustraciones y un CD que facilita a los escolares la comprensión de la música interpretada.