Descubrir a la vez las delicadas y elegantes esculturas de Mari Ángeles Atauri, los sugerentes grabados de Álvarez Cabrero o Gordillo, la frescura de la técnica digital de Emilio León y la impactante pintura hiperrealista de espíritu pop de Pablo Maeso, es posible gracias a la exposición colectiva con la que inaugura el 2016 la Sala Murillo, que acoge obra reciente de casi todos sus artistas y que tendrá abierta al público hasta el 15 de febrero.
Rompiendo con la tendencia de hacer este tipo de muestras en Navidad, como la mayoría de galerías, ellas demuestran que las "colectivas" son una buena forma de sobrellevar mejor el invierno para florecer con algo nuevo en primavera. Además, consiguen mostrar cuál es la línea de trabajo de Murillo, muy alejada de ese concepto de arte tradicional que algunos todavía tienen de ella. Su estilo es la figuración, en eso no hay discusión, pero con un amplio abanico de interpretaciones.
Para los más tradicionales, Linares presenta sus escenas cotidianas en las calles de las ciudades o en los campos de Asturias. Para los que busquen un paso más, Carlos Muro expone una pintura muy "abocetada" de la calle Cimadevilla, que deslumbra de lejos y se deshace al observarla de cerca, como si fuera un "maxipuntillismo" del siglo XXI. Para los más preciosistas, los grabados de Lola Catalá, siempre protagonizados por niños y con un detalle en rojo, y las esculturas llenas de vida de Joan Artigas Planas y de Roberto Reula les dejarán satisfechos. Una buena opción para descubrir los mil mundos de la figuración.
