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El Antiguo

Los serenos, un oficio al borde de la ley

Nueve vigilantes nocturnos "despedidos" por el Ayuntamiento hace tres años continúan patrullando por el Antiguo pagados por comerciantes y hosteleros

Un sereno en una patrulla nocturna, en una imagen de archivo. LNE

La legalidad del oficio de los vigilantes nocturnos que velan cada noche desde hace más de tres décadas por la seguridad de los vecinos del centro de Oviedo ha vuelto a ponerse en duda esta semana. El colectivo de los profesionales que operan en la seguridad privada en Asturias (Avispa) ha denunciado ante las autoridades policiales y judiciales a nueve serenos "despedidos" hace tres años por el Ayuntamiento de Oviedo que siguen operando en la ciudad, ahora como trabajadores autónomos, contratados a demanda de los hosteleros y comerciantes del Antiguo.

Herederos de los antiguos serenos, sus atribuciones profesionales quedaron en entredicho con los cambios introducidos por la Ley de Coordinación de Policías Locales. El Ayuntamiento decidió prescindir de sus servicios en 2013, cuando les fueron retiradas las armas y la emisora. Pero ellos continuaron trabajando contratados por la iniciativa privada, cobrando de cada uno de ellos 33 euros mensuales por los servicios. Operan entre las once de la noche y las seis de la mañana en El Antiguo, los alrededores del Campillín y algunas calles más como Gil de Jaz, Ventura Rodríguez y Muñoz Degraín.

El grupo municipal de Izquierda Unida lleva desde entonces tratando de buscar un encaje legal a la situación de estos trabajadores, aunque no parece que se hayan conseguido muchos avances en este sentido. "Falta voluntad política, a nadie les interesan estos pobres hombres, que por el día son ganaderos y por la noche vigilan las calles desde hace treinta años. No hay derecho a que les dejen colgados", explica el concejal de Izquierda Unida, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi". "No molestan a nadie, no llevan armas y sus salarios no superan los 600 euros. ¿De verdad piensan los señores de Avispa que eliminándolos van a conseguir un nicho de mercado?", cuestiona el concejal de IU, ahora en el Gobierno local.

Los profesionales de la seguridad privada ven la situación de otra manera. El presidente de Avispa, Jorge Fernández Cuesta, explica que actúan agrupados bajo la denominación de Asociación de Vigilancia Nocturna de Oviedo y que no están "habilitados" para el ejercicio de estas funciones. "Portan uniformidad similar a la de la Policía Local y un chaleco reflectante con la inscripción 'vigilante nocturno'. La seguridad nocturna es competencia de los cuerpos y fuerzas de seguridad y no de unos trabajadores que actúan como autónomos", explican desde Avispa. Atendiendo a la legislación vigente, los trabajadores de seguridad privada explican que estas labores sólo pueden ser realizadas en la ciudad por agentes de la Policía Local o, en su defecto, vigilantes integrados en empresas de seguridad, amparados por el nuevo marco legal introducido por el artículo 41 de la Ley 5/2004, de seguridad privada. Los hosteleros y comerciantes del Antiguo, que son la parte contratante, están tan familiarizados con el trabajo de este grupo de vigilantes nocturnos que no se han planteado prescindir de sus servicios. "Los conocemos de toda la vida, son casi de la familia, les tenemos cariño y son gente mayor", asegura un hostelero. "Son muy eficaces, tienes cualquier problema con un cliente que se pone pesado a última hora, una pelea o lo que sea, les llamas y enseguida vienen a echar una mano", sostiene. Les pagan cada mes una tarifa de 33 euros y ellos a cambio les entregan un impreso en el que consta que han recibido el pago. Sin embargo, los comerciantes consultados por este periódico también sostienen que no parece muy lógico que, después de pagar sus tasas e impuestos, tengan que costearse la seguridad de los barrios en los que tienen instalados sus negocios.

En Gijón, el cuerpo de Serenos funciona desde hace quince años con el objetivo de dar trabajo a parados mayores de 45 años, mujeres sin empleo y personas en riesgo de exclusión. El modelo ha sido copiado por varios ayuntamientos de otras comunidades autónomas en un intento de disminuir la conflictividad nocturna en las calles. En un inicio, era el Ayuntamiento de Gijón el que se encargaba de costear el servicio. Sin embargo, en la actualidad, el 70 por ciento de sus ingresos proviene de los comercios y negocios de hostelería que han demandado el servicio.

Un representante de los vigilantes nocturnos de Oviedo explicó a este periódico que el grupo continuaba peleando por regular su situación, evitando profundizar más en la cuestión y el conflicto generado con los profesionales de Avispa.

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