El paso de peatones de la calle Jesús Sáenz de Miera, cercano a la glorieta en la que termina la calle Pepe Cosmen, "es un auténtico peligro para los peatones". Así lo aseguraron ayer a este periódico varios vecinos de la zona, hartos de los continuos atropellos, choques por alcance y frenazos, que dan una idea de la "trampa" que supone este paso de cebra para los viandantes.
¿Por qué? Muy sencillo. Está pintado en lo alto de una pequeña elevación, con lo cual los conductores no lo ven hasta que están prácticamente encima. Además, las señales que lo anuncian están pegadas al paso, que carece de cualquier señal luminosa. Esto es precisamente lo que reclama el vecindario al Ayuntamiento.
José García, propietario del hotel Fénix, que está junto al paso de peatones, le toma el pulso a diario. "Es para poner los pelos de punta. No entiendo cómo no hubo más accidentes todavía. Vi atropellos de peatones muy serios, y choques por alcance por los continuos frenazos que se ven obligados a dar los conductores, sobre todo cuando hay poca visibilidad", señaló el empresario, que reclama un semáforo o señales luminosas intermitentes en el paso de cebra para alertar a los conductores.
Una de las personas que tienen que cruzar por este paso varias veces al día por motivos laborales es Manciu Alín, que insistió en que "antes de cruzar hay que tomar muchas precauciones". Aseguró que ya vivió situaciones de peligro, que llegó a pasar miedo y que si no fuera porque no tiene otro camino nunca cruzaría la calle por este sitio.
"Por favor, que pongan alguna señal luminosa para avisar a los automovilistas, porque, sobre todo por la noche, el peligro es enorme", advirtió el peatón.
En términos idénticos se pronuncia María Giménez, una vecina que también se ve obligada a utilizar este paso diariamente. "Sabemos que hay peligro y por eso extremamos las precauciones, pero muchas personas lo desconocen. Que pongan un semáforo, por favor".
