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Pumarín

El Ayuntamiento quiere cambiar el "paso trampa" de la calle Sáenz de Miera

El municipio piensa pintar el paso de cebra en una zona intermedia entre su situación actual y la glorieta de Luis Oliver y estudia añadir un semáforo

El Ayuntamiento quiere cambiar el "paso trampa" de la calle Sáenz de Miera

El Ayuntamiento desplazará varios metros de su lugar actual el paso de peatones de la calle Jesús Sáenz de Miera, después de que los vecinos de la zona denunciasen en este periódico el peligro que entraña para viandantes y automovilistas. La solución que pretende poner en marcha el Consistorio alejaría el paso de la parte más conflictiva de la vía. Además, estudiará añadir regulación semafórica al nuevo paso.

La actual zona para cruzar la calle, a la altura de un establecimiento hotelero, se encuentra en una ligera elevación de la calle y carece de señalización luminosa, no sólo semafórica sino de tipo disuasorio, como pueden ser las luces intermitentes en la calzada de las que gozan otros pasos. De esta forma, el paso de cebra resulta prácticamente invisible para los conductores hasta que están casi sobre el mismo.

"La idea es desplazarlo varios metros en dirección hacia la glorieta de Luis Oliver", explicó a este periódico el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández.

De esta forma, el Ayuntamiento solucionaría dos problemas al mismo tiempo, ya que en esa glorieta, donde termina la calle Jesús Sáenz de Miera y comienza la AS-II, hay otro paso de peatones que está casi pegado a ella y que desaparecería.

La idea del edil de Seguridad Ciudadana es la de eliminar del todo el paso que tantos problemas viene dando en la zona, según refieren los habituales. Ya hace meses que los vecinos habían advertido del peligro que entrañaba el paso de esa calle. Al encontrarse en un cambio de rasante, en un tramo curvo y con una señalización escasa, son habituales los atropellos y los golpes por alcance. La música de los frenazos bruscos es una sintonía habitual en la zona. Es común que los automovilistas se encuentren de bruces con peatones atravesando el paso. En los días de lluvia o cuando la visibilidad disminuye el peligro es aún mayor.

José García, propietario del hotel Fénix, que es testigo de lo que ocurre diariamente en el paso de peatones, a través de los grandes cristales de su cafetería, asegura que lo que ve es "para ponerle a uno los pelos de punta".

El edil Ricardo Fernández agradece las advertencias que los vecinos de esta zona realizaron en las páginas de este diario alertando del peligro, al tiempo que reclama la colaboración de los ciudadanos para intentar dar solución a este tipo de cuestiones en el día a día de la ciudad. "Mi despacho está abierto para escuchar quejas y sugerencias", asegura el responsable de Seguridad Ciudadana.

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