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Al final de la semana

Una carnavalada de Semana Santa

La relación que el gobierno local no quiere entre los bomberos y las cofradías

Una carnavalada de Semana Santa

A golpe de polémica, la Semana Santa de Oviedo va camino de convertirse en un Carnaval. Pero al revés. Menos trajes, menos uniformes y más ropa de calle. En nombre de la laicidad municipal, el Ayuntamiento ha prohibido a los agentes de la Policía Local y a los Bomberos salir de escoltas en la procesión del Sábado Santo, junto a la Archicofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores en su Inmaculada Concepción. El kilométrico título lo lleva la cofradía radicada en la iglesia de San Isidoro. Hasta que el teléfono se asentó (la primera llamada en la ciudad está fechada en 1888), las campanas de las parroquias avisaban del fuego en Oviedo con un código de tañidos que situaba con precisión el lugar del incendio. Eso, y la proximidad del cuartel de Bomberos a la iglesia de San Isidoro el Real hizo crecer la relación entre el Cuerpo y la cofradía; por eso los hombres que luchan contra el fuego escoltan el Sábado Santo la imagen de la Soledad. El gobierno ovetense de tres partidos señala esto como una relación inadecuada pero no puede impedir, como han anunciado que sucederá, que los agentes acudan vestidos de paisano a cumplir con su tradición.

Oviedo no es Sevilla

Lo anterior puede quedar a título de anécdota, una carnavalada parte del folclore que el tripartito aporta a algunas de sus decisiones. Mucho de lo que hace choca en la ciudad. A veces por excéntrico (con el intento de llevar una feria de ganado a un parque como paradigma), y otras quizá porque son muchos años de costumbres. Que haya o no escoltas policiales bajo un paso de Semana Santa puede quedar en anécdota, igual que la retirada de poco más de 20.000 euros que ponía el Ayuntamiento para las procesiones. De entrada, ya dejó claro el concejal de Economía, Rubén Rosón, adn de Podemos, que se habían acabado las subvenciones a dedo. Y lo está cumpliendo. Peor sería que el Consistorio caiga en una suerte de dejación de funciones y, por no parecer que jalea la Semana Santa, ignore los beneficios turísticos y económicos que la ciudad pueda conseguir. Un pope de la Semana Santa sevillana, dice en la página 14 de este periódico que en Sevilla, los políticos o están con las procesiones o desaparecen. Como Oviedo no es Sevilla y como los políticos de aquí tampoco es que se estén ensañando, no parece que la apuesta laicista preparada para los días santos les vaya a llevar a la desaparición.

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