Crece la brecha entre la patronal de hostelería, Otea, y el Ayuntamiento de Oviedo, un desencuentro escenificado ayer en Trubia, en Casa Puyo, donde la organización de José Luis Álvarez Almeida presentó el menú del Antroxu, premió a la sidrería Pigüeña por ser "sinónimo de tradición y promoción turística" y se puso frente al gobierno tripartito: "No tienen capacidad de comunicación", sentenció el presidente de los hosteleros. Ningún concejal entre los asistentes. Tampoco hubo invitación.

Lo de ayer fue la continuación de lo sucedido en octubre por el Desarme, cuando Otea y el Ayuntamiento montaron dos actos de presentación diferentes. Acto solo hubo uno esta vez pero la duplicidad llegó en la cartelería. El de los hosteleros era público desde el sábado. Ayer, la concejalía de Turismo, en manos de Rubén Rosón, de Somos, contactó con Otea. Podían pasar a recoger los carteles. La reacción fue de asombró, según contó Almeida ayer en Trubia. "En julio le explicamos al Ayuntamiento la programación del curso y el pasado 14 de enero les presentamos el proyecto para el Antroxu. No hubo ninguna respuesta. Y curiosamente hoy (por ayer) recibimos una llamada que nos dice que está el material. Ya habíamos sacado el nuestro, los establecimientos lo quieren con antelación. El Ayuntamiento está fuera de tiempo y de lugar", se quejó Almeida a este periódico.

Apilados en el despacho del edil, los carteles esperan destino. A Almeida no le sirven, no ya por el desencuentro sino porque ni siquiera las fechas de uno y otro coinciden. El anuncio del Ayuntamiento señala los días del menú de Antroxu como el 9 (próximo martes), y el fin de semana posterior. El de Otea señala nada más que al martes de Antroxu. "No se puede ofrecer un menú así como así un fin de semana, sin una promoción fuera de la ciudad, que era lo que se proponía en el proyecto que quedó sin respuesta", justifica el presidente de Otea.

La patronal hostelera y el Ayuntamiento van por caminos distintos a la hora de promocionar la ciudad. Almeida lo lamentó ayer. "Esto se tiene que solucionar. Tendemos la mano a gobiernos y a ayuntamientos para ayudar a la promoción de Oviedo y de Asturias", dijo Almeida en su discurso. Después, a punto de abandonar el local, expresó sus temores a este periódico. "El menú de la Ascensión está ahí, y la semana que viene presentaremos los Bocados del Cofrade de la Semana Santa, un elemento turístico que no se puede perder. Los políticos pueden mejorar lo que funciona, pero no acabar con ello", lamentó.

Orgullo de familia

Entre tanto, las hermanas Marilí y Maruchi Menéndez habían servido su menú de Antroxu en Casa Puyo: una empanada de carne de entrada; el pote de Antroxu, a base de berza, repollo, patata, nabo, chorizo, morcilla, careta, costilla, rabo y oreja; y frixuelos y torrijas de postre. Invitaban ellas porque fueron las elegidas el año pasado para la Mención Especial del Antroxu de Otea. En una de las mesas, los tres motores de la sidrería Pigüeña (Begoña Suárez, Ricardo Suárez y Manuel Antonio Rodríguez), premiada este año, disfrutaban de la distinción con el orgullo de la familia que son -hermanos ellos, cuñada ella-. Son uno de los clásicos de Gascona, el Bulevar de la Sidra, un colectivo que ha sido crítico con la gestión de Álvarez Almeida por su posturas en cuanto a la normativa de las terrazas. "Siempre han estado ahí cuando se les ha pedido ayuda para promocionar lo que fuera", dijo Almeida sin amargura.