El domingo 30 de enero finalizó el plazo dispuesto por el Ayuntamiento de Oviedo para darle un nombre al bulevar de la entrada a Oviedo por la autopista "Y". Durante el mes de enero se ponían mesas para darle nombre. Primero lo llamamos, gestionamos los terrenos, después convocamos un estudio de viabilidad y por último y no menos importante buscamos financiación.

Todo esto me recordó a aquel vendedor que conocía las carencias de su producto y entonces hacía hincapié en el regalo, un aspirador ciclónico, un ordenador, una maquina que cocina sola y así el comprador firmaba el pack completo. Han pasado más de siete meses desde las ultimas elecciones y los nuevos ayuntamientos han dado pocas o nulas razones de trabajo, quitando el Ayuntamiento de Madrid y el de Barcelona, en los que las señoras Carmena y Colau han aprovechado el tiempo para colocar familiares, marido e incondicionales del partido y de escraches anteriores.

El vicealcalde señor Rivi (que, por cierto, tiene mejor imagen que cuando sólo era concejal y votaba con el PP) trata de vendernos la moto de buscar financiación privada para los monumentos prerrománicos; el otro día, la directora de Patrimonio comenta que quiere salvar las pinturas de San Miguel de Lillo. Siguiendo la entrevista nos enteramos de que cuenta con un presupuesto de 60.000 euros para todo el patrimonio.

Ya está bien de ponernos la muleta en la cara para no ver sus carencias. No nos vendan el aspirador ciclónico o lo que sea, pónganse a trabajar, que no han aprobado todavía los presupuestos, y la iglesia de Santullano sigue deteriorándose, así como el mural de Paulino Vicente en La Cadellada.