El propietario de un comercio de la calle Vázquez de Mella y su hija resultaron ayer heridos leves al tratar de defenderse mientras sufrían un atraco en su local hacia las 17.45 horas. W.W. y T.T.W, de origen chino, recibieron varios puñetazos pero no precisaron ingresar en un centro hospitalario. Padre e hija llamaron a la Policía Nacional en cuanto sufrieron el asalto, cuando su agresor ya había huido del lugar, en pleno barrio de Vallobín. Los agentes han iniciado una investigación para esclarecer los hechos, determinar con exactitud los productos sustraídos y detener a los ladrones.

Los servicios sanitarios de urgencia acudieron al local, en el número 20 de Vázquez de Mella, junto a varias dotaciones de la Policía Nacional y atendieron a los comerciantes en el interior de una ambulancia. El revuelo alarmó a los vecinos, viandantes y a los comerciantes del entorno, que aseguraron que la tienda, de moda y objetos del hogar, abrió sus puertas hace unos meses.

Tercer atraco en un mes

El atraco al comercio de Vallobín es el tercero que ocurre en la ciudad en un mes. El 13 de enero dos hombres armados entraron en la joyería Ulibarri, en la calle Marqués de Teverga, y rompieron con una maza la vitrina en la que se exponían relojes de la marca Rolex, cogieron veinte con precios superiores a los 6.000 euros y se dieron a la fuga a pie. Los ladrones actuaron minutos antes del cierre de la joyería y cuando la calle era un hervidero de gente. De hecho, hubo gran confusión entre los viandantes y cuando un grupo de agentes de la Policía Nacional llegó corriendo al lugar del atraco algún ciudadano se refugió en los comercios de la calle por miedo.

Dos días después, el 15 de enero, un hombre joven y corpulento, posiblemente de un país del Este, atracó la oficina de la Caja Rural de la calle Fernando Vela, en el Milán. Se llevó 6.000 euros a punta de pistola y sin mediar palabra. Sólo hizo unos gestos que le han dado a conocer como el "ladrón mudo". Actuó a última hora de la mañana cuando faltaba menos de una hora para el cierre. Testigos del suceso explicaron a este periódico que el delincuente actuó a cara descubierta y que llevaba la pistola escondida.