Entra en la consulta un hombre de mediana edad, desorientado no sabe por dónde empezar porque su vida ha sufrido un brusco cambio. Décadas de matrimonio se han terminado porque una corta enfermedad se ha llevado a su esposa, su compañera, su pareja en mil proyectos.

En esta situación surgen muchas dudas? ¿por qué nos ha pasado esto a nosotros? ¿Por qué ahora? ¿Cómo voy a seguir ahora sin ella?

Se tiene un malestar general con alteraciones que varían de una persona a otra: molestias físicas, alteraciones del sueño, del ánimo, del apetito, falta de interés por las relaciones sociales o por proyectos laborales. ¿Volveré a encontrarme bien? ¿Cuánto tiempo va a durar este duelo tan complicado? Todas estas dudas, manifestaciones de duelo y miedos que surgen, son naturales y forman parte del proceso que comienza cuando fallece una persona querida. Dar respuesta poco a poco a todas ellas y entender cómo puede afectar ese fallecimiento ayuda a reiniciar la vida y encontrarle un nuevo sentido.

El fin de un camino compartido. Cuando se inicia una vida en pareja, se empieza un camino donde se comparten muchas cosas: algunas más materiales como el espacio físico en una casa común, gestión de finanzas o reparto de tareas en la casa. Pero sobre todo, lo más importante es que se comparten ilusiones: se crea un espacio común en el que cuidarse mutuamente o tener una familia, se hacen planes de futuro, planes de visitar lugares, se crean rutinas compartidas.

El peso de los recuerdos. Ese esposo que entra en la consulta desorientado, se habrá encontrado de pronto en una habitación llena de recuerdos de la persona que no está, será más consciente de que hay tareas que no sabe hacer porque nunca se ocupaba de ellas y, aunque parezcan cuestiones menores, cada día le recordarán aun más a la persona que ha perdido.

Llenar el vacío. El vacío más importante lo sentirá en la compañía: le faltará su compañera para hablar de las cosas que le pasen en el día, para contrastar preocupaciones o compartir alegrías? aparecerá la soledad y la pérdida del sentido de su vida.

Actitud frente a los cambios. ¿Cómo enfrentarse a estos cambios? La familia y los amigos es uno de los factores que más puede ayudar, es importante contar con ellos (y que ellos sepan ayudar de forma eficaz).

Detectar necesidades. En los momentos iniciales, tomar un café juntos puede ser el primer paso para detectar necesidades, y pedir apoyo en las tareas más urgentes: en los cuidados y/o atenciones si hay hijos en la pareja o ayudar con los trámites y papeleos, en muchas ocasiones, complicados.