Entrar en la exposición "Pinturas al pastel" de Germán Aracil (Alicante, 1965), que abre hoy sus puertas en la galería Cervantes 6 de Oviedo hasta el 29 de febrero, es como sentarse delante de una ventana a observar las escenas cotidianas que protagonizan personas desconocidas. Y aunque el que las mira es consciente de que está ante pinturas, se le olvida. Las miradas se clavan en los ojos del espectador, las sonrisas arrancan sonrisas y los silencios imponen. "Pero lo que más me molesta es que me digan que parecen fotografías, no busco el hiperrealismo", explica el autor.

Sus pinturas son realistas, sí, pero tienen mucho de su imaginación. "Yo trabajo con un grupo de modelos que visto de una forma o coloco en un sitio y de una forma determinada, pero no plasmo lo que veo. Me gusta dejar volar la imaginación. Cambio colores, juego con formas y me invento cosas". Y esa nueva realidad, con una carga de belleza importante, que sale de su cabeza y se hace realidad con su pincel, es lo que conecta con un público de lo más heterogéneo. "Creo que el secreto de que mis pinturas lleguen a todo el mundo y conecten con un público muy diverso es la sencillez. No hace falta una preparación previa porque no hay nada complejo en ellas.

Lleva pintando la mitad de su vida. "Desde que acabé la carrera de Bellas Artes empecé a exponer". Y aunque sus comienzos fueron con otras técnicas, pronto se encontró con el pastel. "Es muy cómodo y agradecido, porque el material permite trabajar y entregarlo directamente, sin tener que dejarlo secar como ocurre con el óleo". Además, como se puede comprobar en los más de 30 cuadros que componen su primera muestra individual en Oviedo, el color alcanza con el pastel resultados casi perfectos. "Estás trabajando con pigmentos, por eso los colores son tan vivos", explica. Lo mismo ocurre con las líneas y las texturas, lo que hace pensar a muchos que sus trabajos están realizados con óleo.

Retrato presidencial

Aunque podría hacer bodegones y paisajes, "es con lo que todo el mundo empieza", su interés está centrado en la figura humana en general y la femenina en particular. "Es lo que me inspira. La figura y la feminidad hacen despertar mi imaginación y creatividad". Sus jóvenes, niñas y adultas han viajado por todo el mundo, conquistando a clientes y crítica. "He estado hasta en el palacio presidencial de la República Dominicana, para hacerle un retrato al presidente", cuenta entre risas. Después de Oviedo, vendrán Francia, México, Granada... "y espero que mucho más".