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Ruta de bosques y ríos

Tras el rastro del castillo de Alba

Tras el rastro del castillo de Alba

La ruta para acceder a los restos del castillo de Alba comienza en el pueblo de Bárzana, donde cogemos la carretera que sube a Coañana. Al finalizar la carretera estamos junto a la iglesia de Santiago, desde aquí giramos a la derecha para meternos por una estrecha callejuela a la izquierda que nos lleva junto a la casa de Toni, donde podemos apreciar la hermosa galería de madera, con un conjunto de cabezas de rebecos y una hermosa ornamentación. En la puerta uno de los dos cuarterones tiene una talla del escudo de Quirós.

Vamos hacia la parte de atrás de la casa, saliendo entre la vivienda conocida como el Corralón, a la izquierda, que perteneció a los Bernaldo de Quirós, como atestigua el escudo sobre el dintel de la puerta, con dos llaves, y el palacio de Alvarez del Manzano, o casona de Don Rogelio, del siglo XVIII, a la derecha, por donde va la ruta. Sobre el portón adintelado tiene la siguiente inscripción: "Ave María (símbolo) Purísima. Año de 1781". Esta fecha es posterior a la que aparece en la inscripción de la puerta, donde consta que José Álvarez Manzano y Antonia Velásquez y Banzes (su mujer), la erigieron en 1772.

Panorámica de la Sierra del Aramo. La ruta sale por la parte norte del pueblo donde se coge un camino que transita entre los prados. Pronto se llega a una encrucijada. Se toma el camino de la izquierda, llano y por un paisaje de prados, castañares y robles, desde el que tenemos una excelente vista de la parte occidental de la Sierra del Aramo, con el Pico Gamoniteiro presidiéndolo todo y que fácilmente identificamos por las enormes antenas que tiene en su cima.

Pronto aparece ante nosotros una peña casi oculta entre los árboles, y que debajo tiene un prado. Aquí están los restos del antiguo castillo de Alba, pequeña fortaleza para vigilancia de la calzada. Los vemos mejor desde la otra vertiente, donde se distingue lo que queda de la muralla. No merece la pena ir a verlos, pues la ascensión es bastante dificultosa, con algún que otro riesgo. Lo fundaron los primeros reyes asturianos, allá por el año 778, a fin de defender el valle de los ataques musulmanes. Cayó, posteriormente, en manos del conde rebelde Gonzalo Peláez, en el reinado de Urraca I de León. Construido casi frente a la iglesia Románica de San Pedro de Arrojo, realmente estaba vinculado al sistema defensivo que se articulaba alrededor del Camino Real de Quirós, ruta de acceso a la meseta y vía vinculada al Camino de Santiago. Perteneció, entre otros, al Conde Gonzalo Peláez, pariente del rey castellano Alfonso VII, contra el que se levantó en armas por primera vez en 1132.

Se dice que el propio rey acudió al sitio del castillo. Tras un largo asedio, sucesivos pactos y nuevas revueltas, el castillo fue incendiado y el conde murió desterrado en Portugal. El castillo pasó a pertenecer a la Iglesia de Oviedo por donación de Fernando II de León. En 1372 el obispo de Oviedo encomendó el castillo a Gonzalo Bernaldo de Quirós, y poco después Enrique II de Trastamara lo devolvió al obispado. El concejo quedó ligado a partir de entonces a los Bernaldo de Quirós, que reclamaron la propiedad a Gutierre de Toledo ante Enrique II. Éste entregó finalmente el concejo a la familia en 1380.

Una ilustre ruina abandonada. Actualmente sólo se conservan una pared y un aljibe, aunque hasta finales del 2015 podíamos ver la puerta ojival de entrada. En esa fecha el arco se derrumbó, quizá debido a las lluvias, lo que demuestra, el abandono que sufre el patrimonio. El castillo figuraba entre los 48 bienes culturales del concejo que iban a ser incorporados al Inventario de Patrimonio del Principado de Asturias y que desgraciadamente ya no será restaurado. Desaparece así uno de los símbolos del concejo, que se encuentra en el escudo de Quirós y, también uno de los castillos más importantes de Asturias, que controlaba un importante paso.

De vuelta al camino nos dirigimos al pueblo de Faedo, que atravesamos siguiendo las señales del GR 207, junto a la ermita del Santo Ángel, con un gran tejo adosado. En el pueblo tenemos la opción de seguir por GR 207 que desciende hacia Vega, o continuar por el camino, hasta que nos encontramos con un desvío a la izquierda que nos ahorra 2,6 kilómetros. En este punto tenemos la opción de continuar de frente y bajar a Vega o, coger el camino de la izquierda, conocido como El Castañeo, que se introduce en un hermoso bosque de castaños y árboles autóctonos, donde apreciamos ejemplares de gran tamaño. Llegamos a los tres molinos de Corrorriu. Se trata de un lugar espectacular, de cuento de hadas, con los molinos que se mimetizan con los tonos de las hojas caídas.

Los tres molinos de Corrorriu. Sin duda, el lugar es precioso. Se trata de tres pequeños molinos, rehabilitados entre 1993 y 1995, pero que datan de antes del siglo XVIII, pues ya figuran en el Catastro de la Ensenada. El primero nos lo encontramos a la derecha y un poco más arriba aparecen, imponentes, los otros dos.

Después de visitar los molinos, continuamos por el camino que nos lleva junto a la carretera de Fresnedo. Al llegar giramos a la derecha para ir al pueblo. Seguimos por el camino hormigonado de la izquierda que asciende hacia la parte alta del pueblo. Aquí sale un camino a la izquierda, que discurre casi en llano y que nos lleva a las afueras de la localidad.

Hacia Villagondú y la Senda del Oso. Seguimos por el camino que transita entre los prados conduciéndonos al pueblo de Villagondú. A la salida nos encontramos con la carretera de acceso, donde parte otro camino a la derecha que en fuerte pendiente nos conduce a Vega.

Una vez en el debemos continuar por la Senda del Oso, que sale a la derecha, antes de cruzar el puente sobre el río Trubia, que discurre junto al río llevándonos a la fábrica, donde enlazamos con la carretera general.

Seguimos unos metros por ella, hasta que casi inmediatamente sale una carretera a la izquierda que ignoramos, y un poco más atrás una encrucijada donde nos alejamos de la carretera, para seguir por un camino que lleva el río Trubia a la izquierda y que nos lleva a Bárzana en muy poco tiempo.

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