El pianista burgalés Antonio Baciero repitió éxito muchos años después de un encuentro aún recordado, en la Sociedad Filarmónica de Oviedo. El concierto de ayer noche cursó sobre tres obras de Bach, siempre con extraordinario gusto y técnica excepcional. La suite francesa número 4 fue desarrollada por Baciero a lo largo de sus seis movimientos como una obra coherente y flexible que dio pie a la inmortal chacona en versión para piano de Busoni. Excelente en medio de unas dificultades extremas. En la segunda parte la densísima partita número 6, la última de la serie que remató una gran velada.