Era la tercera vez que el cangués Jesús Redondo se presentaba al Certamen Nacional de Arte de Luarca. "La primera fue en 2004 o 2005 y la segunda en 2014. Y me seleccionaron las dos veces". Pero hasta la tercera no fue la vencida. En 2015, Redondo se alzó con el premio "Ayuntamiento de Valdés" por su escultura "Espacio amueblado". Una pieza de gran formato realizada en madera que forma parte de una serie compuesta por otras nueve piezas. "Pero tal y como están las cosas, esta es la única que hice. Las otras solo son bocetos. Dedicarse al arte en Asturias hoy en día es un acto de heroicidad, de amor a la comunicación, a las ganas de contar algo".
Y es precisamente eso, contar algo, lo que él busca con sus obras. Esta serie está inspirada en espacios "en los que yo viví". De pequeño, en Cangas del Narcea, Redondo vivía divida en cuatro viviendas y un bajo que pertenecían a un ebanista. "Él era vecino y tenía allí su taller, así que yo me pasé toda mi infancia con él. Me impresionaba que sin tener casi formación, tuviera ese manejo del espacio para diseñar construcciones". En esta pieza, recupera el rellano de aquella casa y lo construye como si fuera un mueble, rindiendo homenaje a los ebanistas, gracias a juegos de geometría y de llenos y vacíos.
A pesar de haberse titulado en la Escuela de Arte, con especialidad de grabado, y en la Escuela Superior de Avilés Diseño Gráfico, redondo tiene que compaginar su creación artística con el trabajo en el centro de diseño gráfico que tiene en Gijón y con los negocios de hostelería que tiene hace 30 años. "Soy mi propio mecenas, es la única forma de poder seguir produciendo mis piezas y conseguir que se vean".
