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La Policía Local de Oviedo comenzará a usar una pistola láser para multar excesos de velocidad

El radar de mano, que capta imágenes a un kilómetro de distancia, empezará a operar en las calles donde existen quejas vecinales

La Policía Local de Oviedo comenzará a usar una pistola láser para multar excesos de velocidad

Los agentes de la Policía Local empezarán a utilizar en las próximas semanas el radar pistola láser que el Ayuntamiento adquirió hace un año y que aún no ha salido a las calles. Los controles con el nuevo dispositivo de mano para medir los excesos de velocidad no estarán anunciados, aunque tampoco se esconderán. Sin embargo, el tamaño del dispositivo es tan pequeño que a la vista será difícil de detectar. Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA por fuentes oficiales del área de Seguridad Ciudadana, la idea es utilizarlo "para mejorar la calidad de vida" de los vecinos de determinadas zonas de la ciudad que se quejan de que los conductores pisan el acelerador con "demasiada" ligereza. General Elorza; la calle Mieres, en Montecerrao; el paseo de La Florida y el entorno de Prado de la Vega son algunos de los lugares en los que se utilizarán las pistolas láser.

Durante los últimos meses, la plantilla de agentes de la Policía Local ha estado recibiendo clases para aprender a utilizar el nuevo radar de mano, adquirido por el anterior gobierno municipal, del Partido Popular, por 26.000 euros. Se trata de un sistema provisto con la última tecnología, que podrá ser utilizado desde un coche, una motocicleta o por un policía a pie. En este último caso, lo más recomendable es colocarlo sobre un trípode, para que la medición no quede a expensas del pulso del agente que está empuñando el aparato como si fuera una pistola.

La precisión del radar de mano es muy alta, ya que puede detectar vehículos que circulan en las dos direcciones y medir su velocidad a un kilómetro de distancia, aunque lo más recomendable para que la fotografía tenga nitidez suficiente es utilizarlo a una distancia de 200 metros. Las pistolas son muy ligeras y fáciles de transportar, puesto que sólo pesan 1,5 kilos aproximadamente. En el dispositivo se integran una unidad de medición de velocidad láser, una cámara fotográfica, una batería y una pantalla digital táctil.

Al mismo tiempo que se ha impartido la formación a los agentes, el área de Seguridad Ciudadana ha estado trabajando en la incorporación a los sistemas informáticos del cuartel del Rubín de las aplicaciones necesarias para poder leer y tramitar los datos facilitados por el radar.

Además del nuevo radar de mano, la Policía Local cuenta con uno móvil que va rotando por los trece cajetines instalados en diferentes zonas de la ciudad, como General Elorza, La Florida, Ingeniero Marquina y Fuente de la Plata, entre otros. Con cierta periodicidad, la Dirección General de Tráfico cede a los municipios su cinemómetro (un coche radar) para realizar campañas de control de velocidad en la zona urbana.

Durante el último año, las multas derivadas de excesos de velocidad detectados por el radar móvil que va rotando por los trece cajetines distribuidos en diferentes calles de la ciudad ascendieron a 3.730. El dato es ligeramente superior al registrado en 2014, cuando el número de denuncias fue de 3.652. En estos casos, las multas van desde los 100 hasta los 600 euros, dependiendo de la velocidad. Este tipo de infracción también puede implicar la pérdida de entre 2 y 6 puntos del carné de conducir.

El Ayuntamiento de Oviedo se sirve desde hace años de otros dispositivos tecnológicos para sancionar a los conductores que incumplen la normativa de tráfico, aunque no están relacionados con la velocidad. Se trata de los semáforos "foto-rojo", que cada día sancionan a más de sesenta conductores en los cuatro puntos de la ciudad en los que están instalados: las dos principales entradas a la capital, en la glorieta de la Cruz Roja y en la plaza de Castilla, y la calle General Elorza y la avenida de Santander. A pesar de que funcionan en la ciudad desde el año 2009, el año pasado se tramitaron 21.960 denuncias a conductores que se saltaron un semáforo controlado por "foto-rojo". Cometer esta infracción conlleva la retirada de cuatro puntos del carné de conducir y una sanción económica de 200 euros.

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