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ENRIQUE GARCÍA ASENSIO | Director de orquesta, dará clases en el Conservatorio de Oviedo

"La batuta suena, la música debe verse en el gesto de un director"

"En España hay muchos extranjeros al frente de orquestas, entonces los de aquí ¿para qué estudian si no van a tener trabajo?"

Enrique García Asensio. LNE

"En cuanto llegue a Oviedo iniciaré las clases en el Conservatorio Superior, estoy ansioso", comentaba el viernes Enrique García Asensio, uno de los más grandes directores de orquesta españoles que, efectivamente, impartirá a partir de mañana lunes clases magistrales durante la próxima semana y conducirá dos conciertos en Oviedo. Por las mañanas, el curso de dirección y por las tardes, encuentros con la banda sinfónica del Conservatorio para seguir el programa que está desarrollando. El maestro García Asensio nació en Valencia hace 78 años y está en plena actividad.

-En sus comienzos...

-En 1961 era ya asistente de Celebidache en Siena. Y en 1969 fui el primer catedrático de dirección de orquesta de España, en el Conservatorio de Madrid.

-¿Cómo era Celebidache en las distancias cortas'

-El más genial de todos los directores de orquesta en todas las distancias. Era un verdadero fuera de serie. Tenía una enorme capacidad que se veía en sus conciertos y muy especialmente en su técnica de dirección. Aprendí con el la fenomenología musical. Te llegaba al alma.

-Tuvo ese maestro ¿y sus discípulos?

-Muchísimos, por ejemplo Juanjo Mena y Víctor Pablo Pérez, que fue director de la orquesta sinfónica asturiana durante muchos años. También entre mis discípulos hay muchos directores de bandas. He sido profesor en Holanda, en EE UU, en la República Dominicana y en Rumanía, en la fundación Celebidache.

-¿Cuál es el secreto de la dirección?

-Hay que aprender una técnica, como ocurre en todas las actividades humanas, en todas las profesiones. Y, claro, estudiar mucha música, cuanta más mejor. Es preciso realizar análisis de las partituras a partir de esa técnica. Se trata de que una orquesta suene con congruencia y con fidelidad a lo que está escrito, a la partitura que es sagrada.

-¿La clave está antes del concierto o durante la sesión?

-Si no se prepara bien un concierto, no sale. A la hora de interpretar, de lo contrario, no salen las cosas. Durante el concierto ya no puedes hablar, no puedes dar indicaciones de ese tipo. Solo cabe ya poner en práctica los ensayos, lo establecido durante los ensayos, y que los músicos reaccionen a la gestualidad. Pero, claro, dirigir no es marcar el compás, eso está al alcance de cualquiera.

-¿Entonces?

-Debe verse la música en el gesto. La especialidad de dirección musical sea para orquesta, banda o lo que sea tiene unas técnicas específicas. En algunos directores, sin embargo, no se ve más que cómo marcan el compás. La verdad es que la dirección es la especialidad que menos se conoce. A mí a veces me tienen dicho algunos aficionados que los músicos ni me miran o que si tiene delante cada uno su partitura ¿para qué me dedico yo a dar golpes a la atmósfera? Hay mucho desconcierto. Como si el pianista se ciñese a las teclas y el violinista al arco.

-¿Suena la batuta?

-La dirección de orquesta es la especialidad menos conocida. Sí, la batuta suena. Un director hace que una orquesta suene mejor o peor. Obviamente, no es lo mismo la Filarmónica de Berlín que la banda de mi pueblo. Pero una orquesta de nivel 5 con un director de nivel 9 seguro que suena a niveles de 6 o 7. Un director de nivel 2, la baja seguro.

-Los directores son cada vez más gestuales.

-Depende de la técnica. Algunos se mueven mucho. Puede que ahí haya cuento. Otros, menos.

-Usted es austero.

-Cuando me veo por televisión aprecio mis defectos. Bueno, también noto lo que salió bien. Es difícil juzgarse.

-Y popular.

-En la orquesta de RTVE estuve en dos ocasiones, en total la dirigí durante 21 años. Y realicé durante cuatro años, de 1976 a 1980, el programa de televisión "El mundo de la música", para jóvenes. Fue muy popular. Regalaba batutas firmadas que se convirtieron en el juguete más deseado por los niños. Era los martes por la tarde. Solo había una cadena y lo veía todo el mundo. Ese programa me dio muchas satisfacciones y aprendí mucho porque enseñando se aprende mucho.

-¿Cuáles son sus compositores favoritos?

-Para mí solo existe la obra que dirijo. Cuando estoy dirigiendo la quinta sinfonía de Beethoven no pienso en Ravel y sus obras para piano o en Shostakovich y alguna de sus sinfonías. No me saldría lo que estoy realizando. Hay que hacer un lavado de cerebro y concentrarse solo en eso. Estuve 22 años al frente de la orquesta de RTVE y ahí dirigí de todo, desde obras preclásicas a las vanguardias. De todo.

-¿Y con bandas?

-Estuve 16 años dirigiendo la banda Sinfónica Municipal de Madrid y tocamos zarzuela, pasacalles, de todo. Un director invitado puede tener sus repertorios de obras limitadas o especializadas y llevarlo por todo el mundo. Pero un director titular y durante mucho tiempo con la misma formación debe tocar de todo porque si no se repetiría y aburriría al público.

-Los estudios de dirección van a más.

-Hay varios Conservatorios con su correspondiente cátedra. No los conozco a todos. Tengo varios discípulos dando clase. El problema es que en España hay muchos directores extranjeros, entonces los de aquí ¿para qué estudian si no van a tener trabajo? Hay también muchas plazas de violinista en las orquestas pero muchos violinistas de fuera de España. Se ve en Asturias. Dirigí a Oviedo Filarmonía, entonces OSCO, y a la OSPA, y tenían muchos músicos extranjeros así que hay poco trabajo para los españoles.

-¿Mejoran las orquestas?

-Sí, subió mucho el nivel de las orquestas en los últimos 30 o 40 años. Cuando empecé solo había orquestas importantes, la Nacional y la de Barcelona. Ahora hay varias con un verdadero nivel europeo. Dirigí en Japón y estuve en un colegio con 5.000 niños tocando el violín. De ahí, de esa enorme cantidad, sale más de uno muy bueno con seguridad. Y para la dirección de orquesta, lo mismo.

-Los directores dominan algún instrumento.

-Claro. Y deben conocer todas las posibilidades de todos los instrumentos de una orquesta. De lo contrario puedo proponerle alguna tontería un músico. Todo eso se estudia a fondo. Y se estudia armonía, composición, contrapunto... todo. Es la única forma de entender a un compositor.

-Ahora, en Asturias.

-En Asturias dirigí a la Orquesta Nacional en una gira de cinco conciertos. Oviedo me encanta. Es una ciudad señorial, limpia y maravillosa. Nací en Valencia, en el barrio de la Ruzafa. En la calle Gran Vía Germanía número 5 donde el Ayuntamiento puso una placa y me hizo hijo predilecto de la ciudad. En Valencia hay mucha afición a hacer música. Debe ser la zona de Europa con más músicos por kilómetro cuadrado. Hay bandas que tiene más de 130 años.

-¿Por qué esa tradición?

-Hace cien años no había forma de oír música si no se hacía. Había que interpretarla personalmente. De ahí salieron las bandas. Arreglaban las sinfonías de Beethoven para banda y en general toda la música que podían. Trabajando con una azada y sacando patatas es difícil después coger un violín pero es posible tapar los agujeros de un clarinete.

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