Encarna Álvarez arrastra el carrito en el que lleva la compra del día por la rampa que da acceso a la nueva senda peatonal del Cristo, la ruta habilitada recientemente por el Principado para reactivar el paso que atraviesa el viejo hospital desde la calle Celestino Villamil hasta Julián Clavería, en la zona de las facultades. "Por lo menos han vuelto a abrir un camino que siempre hemos utilizado mucho los vecinos y los estudiantes. La verdad es que ha quedado más bonito. Hay más luz y el trazado está señalizado en el suelo con rayas blanca, pero lo más importante es que los peatones no tengan que rodear el hospital", señala Álvarez, que echaba de menos un "atajo" que estuvo "oficialmente" cerrado al paso al menos durante año y medio, entre la clausura del complejo "y el comienzo de los trabajos" de reforma, que se iniciaron a finales de noviembre del año pasado. Dentro del recinto, la senda transcurre entre aceras semiabandonadas, en las que la hierba crece a su aire.

"Todo aquel que viva por esta zona o cualquier estudiante que acuda a diario a las clases pasa por aquí para atajar. No es que ahora sea la ruta del colesterol, pero al menos el camino está señalizado y también se ha habilitado un carril para las bicicletas", subraya Alfredo Martín, otro vecino del Cristo mientras camina frente al edificio del antiguo Hospital General. Las actuaciones llevadas a cabo por la consejería de Infraestructuras en el complejo sanitario han supuesto una inversión que supera los 39.000 euros y han sido las únicas que se han realizado hasta ahora en el entorno desde el cierre del hospital. "Tampoco es algo que sea nuevo, sólo se han pintado unas rayas en el suelo para marcar un camino que siempre utilizamos, pero pasar por el hospital puede evitarnos un rodeo de más de diez minutos", asegura Rosa Menéndez, una estudiante que ayer utilizó el paso para cruzar desde Buenavista "hasta la facultad de medicina".

Los trabajos también incluyen la mejora del aparcamiento de Maternidad y del Centro Comunitario de Sangre, una rampa que acceso directo a la senda desde la calle Celestino Villamil o la colocación de bolardos fijos en parte del recorrido, pero todo eso no es suficiente para los vecinos de la zona. "La obra que han hecho aquí es un parche insignificante para un barrio abandonado. Parece que quieren tapar con un simple tirita, una hemorragia gravísima que va a acabar por desangrar al barrio", asegura Ramón del Fresno, el presidente del colectivo vecinal del Cristo-Buenavista. En su opinión, "es una tomadura de pelo" que haya pasado "tanto tiempo" desde el cierre del viejo hospital "y que sólo hayan hecho esto para tratar de acabar con el enorme problema que ha generado en la zona" el traslado del gigante sanitario a la zona de La Cadellada. Según señala Ramón del Fresno, "lo único que han hecho es una cosa de sentido común". Así, "se ha reabierto un paso que nunca tuvo que haber sido cerrado a los peatones".

David Girondo, que trabaja de mantenimiento en el complejo, reconoce que la apertura de la senda le ha devuelto un poco de vida a una zona deprimida a consecuencia del cierre del viejo hospital. "Está continuamente pasando gente. Al menos vuelve a verse algo de ambiente por aquí y eso se agradece", asegura Girondo.