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Los problemas que afectan al casco histórico

Un "botellón" poco cargado

El fuerte dispositivo policial disuade a los jóvenes de beber en las calles del Antiguo - Los clientes que saquen copas de los bares se enfrentan a multas de hasta 1.500 euros

Dos patrullas de la Policía Local, ayer, en la plaza del Sol del casco viejo de la ciudad. LUISMA MURIAS

El dispositivo policial desplegado ayer por las calles del Antiguo provocó que el "botellón" de los viernes estuviese menos cargado de lo habitual. Hasta seis coches patrulla con agentes municipales llegaron a dejarse ver por el casco viejo alrededor de las nueve de la noche para tratar de evitar desde primera hora las reuniones de jóvenes bebiendo alcohol en la calle. Al cierre de esta edición los agentes no habían tenido que actuar ni en una sola ocasión, pero ya había más movimiento de pandillas con bolsas llenas de bebida. "Hasta el momento todo va muy bien. Se nota que nuestra presencia ha provocado que muchos se hayan echado para atrás", explicaba a esa hora un subinspector del servicio de la Policía Local.

Lo de ayer no va a ser algo pasajero. El Ayuntamiento ha emprendido una cruzada contra el "botellón" y tiene previsto que la presencia policial en el casco viejo sea constante, sobre todo los fines de semana. Así, los viernes y los sábados, como ya ocurrió ayer , estará operativo en el barrio un equipo integrado por dos subinspectores, seis agentes municipales y dos de la Policía Judicial, que recorrerán la zona vestidos de paisano a partir de las ocho de la tarde para detectar a posibles infractores e imponerles las sanciones oportunas. Estos agentes también controlarán los puntos de venta de alcohol más frecuentados por los jóvenes y se esmerarán en evitar el consumo entre los menores. A partir de las diez menos cuarto se sumarán al dispositivo cuatro miembros más de la Policía Local.

Con todos estos efectivos se formarán dos equipos. El primero controlará puntos habituales de "botellón" como la Plaza del Sol, la del Ayuntamiento y Trascorrales. Un segundo grupo se centrará en la zona que incluye la calle Mon, la Corrada del Obispo, el Paraguas, La Regla, Feijoó o San José. Los días de semana también habrá cuatro policías y un subinspector patrullando por los bares en los que suelen juntarse los jóvenes y en sus inmediaciones.

Las multas a las que se enfrentan aquellos que participen en un "botellón" no son moco de pavo. Por poner algunos ejemplos, convocar una quedada para beber en la calle a través de las redes sociales o simplemente estar presente en una de las zonas de reunión con la intención de tomar alcohol puede acarrear una sanción que va desde los 10 hasta los 300 euros por una falta leve, la misma multa que recibirán aquellos que sean sorprendidos haciendo sus necesidades en portales o zonas públicas. Si los agentes identifican a una persona con una copa en la mano durante un "botellón" -falta grave- la multa se eleva a un mínimo de 750 euros y podría alcanzar los 1.500. Si existe reincidencia o se dan circunstancias "muy graves", las sanciones podrían llegar a los 3.000 euros. "No es nada nuevo, la ordenanza está vigente desde el año 2010 y nosotros lo que vamos a hacer es poner los medios para que se cumpla", asegura Ricardo Fernández, concejal socialista de Seguridad Ciudadana.

Pero la norma es "igual para todos" y no sólo se centra en los "botellones". Los agentes también pueden multar a los clientes que adquieren las bebidas en el interior de los locales para después salir a la calle a consumirlas. "La ordenanza dice bien claro que no se puede beber en la calle, para eso están las terrazas. No podemos sancionar a unos y dejar a otros hacer lo mismo", afirma Fernández, que deja muy claro que las multas para este tipo de faltas también se encuentran en el segmento que va desde los 750 hasta los 1.500 euros. En el caso de que las personas sancionadas por alguno de estos motivos sean menores de edad, "son los padres los que tienen que hacer frente a cualquier tipo de responsabilidad, como siempre pasa cuando hablamos de menores", subraya el edil de Seguridad Ciudadana.

Las medidas disciplinarias pueden tener efecto disuasorio entre los jóvenes, pero no son la solución definitiva para acabar con el "botellón". "El consumo de alcohol en la calle no es un problema exclusivo de la Policía, es necesario hacer un esfuerzo colectivo e implicar a todas las partes implicadas para tratar de hacernos más fuertes contra el problema. Desde el Ayuntamiento seguiremos trabajando la vigilancia, pero también pondremos en marcha campañas de prevención y otro tipo de iniciativas para concienciar a los chavales", sentencia el edil Ricardo Fernández.

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