Cuando a Itziar Sánchez (Avilés, 1991) le propusieron exponer sus pinturas en la sala de Correos de Oviedo, tuvo claro qué parte de su obra traer. "La serie del mar, porque me encantaba esa idea de acercarlo a Oviedo", cuenta. La joven, que presenta hoy su primera exposición en la ciudad, "Mar de fondo", una muestra que estará abierta al público hasta el 21 de marzo, sabe de lo que habla. Estudió Bellas Artes en Salamanca, "y cada vez que venía a casa, tenía que escaparme a Salinas a ver el mar. No lo puedo explicar, pero es una necesidad, tengo una conexión especial con él, me tranquiliza", añade.

En esta exposición, compuesta por 15 óleos, muestra su particular visión sobre las playas y las marismas de Asturias, definidas por el color y la textura, y en las que la línea entre el cielo y la tierra hacen que esos paisajes fluyan hasta la abstracción. "En cuarto de carrera me especialicé en el paisaje, y empecé a investigar. Lo que presento ahora es mi conclusión sobre él, el resultado del trabajo de estos cuatro años". Sus cuadros huyen de los circunloquios para lanzar un mensaje. "Busco mostrar que menos es más, que se vea lo que hay con menos pinceladas; y aunque no sea al estar delante del cuadro, que sí lo consigas ver al alejarte". Aunque su proceso de composición arranca con la toma de fotografías, y continúa con su interpretación al ponerse delante de la tabla, en cuanto coge el pincel esa realidad se transforma. "Me interesa más lo que me sugieren las fotografías que la realidad tal cual. Me gustan los espacios vacíos, que no se identifiquen como un sitio concreto, sino que a cada persona le recuerden a algún lugar en el que estuvo aunque no sea el que yo pinté".

Itziar Sánchez, especializada en ilustración y diseño gráfico, además de en pintura, está de enhorabuena porque el próximo lunes inaugura una exposición en la Fundación Alvargonzález de Gijón. "Tuve muestras en Avilés y en Salamanca, pero ésta también es la primera vez que expongo en Gijón. Y me estreno con una serie de paisajes y aparcamientos pintados al natural". La cantidad de proyectos que le están surgiendo, además de las clases de pintura que da en Oviedo y algún trabajo como diseñadora gráfica, le dan confianza para seguir dedicándose únicamente al arte y quedarse en su tierra. "Me gusta mucho Asturias, estaba deseando volver cuando estudiaba. Y creo que entre el diseño, la ilustración y la pintura me puede salir algo. No me planteo dejar mi tierra", afirma.