El asma es una enfermedad incurable, pero sus síntomas pueden ser manejados con un tratamiento adecuado. Sin embargo, existe un porcentaje de casos de difícil control, y a ellos está dirigida la termoplastia, una técnica que consiste en introducir, a través de una endoscopia, unos catéteres con el objetivo de "quemar" las zonas del bronquio que causan los problemas más persistentes.

Ésta es una de las novedades que hoy se presenta en el XXI Congreso de la Sociedad Asturiana de Patología Respiratoria (Asturpar), inaugurado ayer en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. "La termoplastia está aplicándose ya, pero aún no en Asturias. Es una técnica que habrá que tener en cuenta en el futuro", explicó Manuel Ángel Martínez Muñiz, neumólogo del Hospital San Agustín de Avilés y presidente de Asturpar.

En el programa de sesiones de ayer hubo espacio para una mesa redonda referida a las innovaciones en tuberculosis, patología de la que en Asturias se registran unos 160 casos anuales. "Estamos preocupados por el incremento de las resistencias a los fármacos. Ésa es la causa de que las tasas de la enfermedad todavía estén lejos de los países con los que debemos medirnos", señaló el doctor Martínez. Sobre la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), los especialistas debatieron si en el inicio del tratamiento de los casos de gravedad moderada debe aplicarse un solo broncodilatador o conviene más arrancar con dos de distintas familias.

En la inauguración del congreso intervinieron el gerente del Servicio de Salud (Sespa), José Ramón Riera; Mercedes González, concejal de salud del Ayuntamiento de Oviedo; e Inmaculada Alfageme, presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).