Los habitantes del centro de la ciudad no las tienen todas consigo cada vez que escuchan una tormenta. Al menos eso es lo que asegura el presidente de la Asociación Amigos y Vecinos Oviedo Reconquista, Juan García Iglesias, que en nombre del colectivo al que representa reclama la restauración del pararrayos que coronaba la cúpula de la capilla del hotel de la Reconquista -el antiguo Hospicio de Oviedo- "hasta hace más o menos un año", cuando una tormenta derribó una cruz que siempre lució en ese tejado y con ella la citada antena conductora.

"Los vecinos temen que pase algo si hay una tormenta porque han visto muchas veces cómo ese pararrayos cumplía con su trabajo", asegura el presidente de la asociación. García Iglesias asegura que la caída del pararrayos ha provocado "que todos los cables estén colgando" y que los residentes de la zona "tengan miedo a que ocurra cualquier cosa que les afecte".

Juan García Iglesias ya ha mantenido contactos con los responsables del hotel para transmitirles la preocupación de los vecinos. "Hace tiempo que nos dijeron que iban a volver a colocar la cruz y el pararrayos, pero también nos comunicaron que tenían previsto hacerlo al mismo tiempo que unas obras de reforma que se van a llevar a cabo en la cúpula", afirma el presidente de la Asociación Amigos y Vecinos Oviedo Reconquista, que representa a vecinos residentes en el entorno de Minas, Campo San Francisco, plaza de América y Llamaquique.

Lo "malo" es que la promesa de la reparación de la cúpula ya se hizo "hace bastante tiempo" y que los elementos que siempre coronaron la cúpula siguen sin estar en su lugar. "La cruz también es un elemento decorativo que se echa de menos entre los que viven por aquí", sostiene García Iglesias. Hay que tener en cuenta que el Reconquista está catalogado como bien de interés cultural (BIC) y que cualquier modificación está sujeta a estrictos controles y trámites burocráticos.

Por otro lado, la asociación que preside Juan García Iglesias solicita la reparación de los bordes de la calzada de la Avenida de Galicia, concretamente del tramo situado entre las calles Alférez Provisional y Miguel Traviesas. "Está lleno de socavones. El asfalto está muy deteriorado y se acumulan aguas estancadas que se eliminan por evaporación al no encontrar vías de evacuación a la red de saneamiento, lo que puede ser hasta peligroso para la salud", señala el representante vecinal. "Estamos convencidos de que si se tratase que un barrio periférico, el problema estaría resuelto hace mucho", subraya Juan García Iglesias.