La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El balance de la Convención Juvenil de Cultura y Ocio Alternativo | HÉCTOR LASHERAS DÍEZ | Presidente de Eje Asturias, asociación organizadora del Cometcon

"No somos oscuros ni asociales por ser aficionados a los cómics y videojuegos"

"Para la próxima edición estamos sopesando pedir más espacio dentro del Calatrava, usar toda el área exterior e instalar carpas y 'food trucks'"

Varios asistentes que practican el "cosplay" en la edición de este año del Cometcon de Oviedo. LUISMA MURIAS

Está contento, muy contento. Y para qué ocultarlo. Héctor Lasheras Díez (Oviedo, 1990), presidente de Eje Asturias, la asociación organizadora del Cometcon -la Convención juvenil de cultura y ocio alternativo que se celebró en Oviedo este pasado fin de semana- mira los datos de asistencia a la cita y se le dibuja una sonrisa en la cara. "Asistieron 25.497 personas. Se ha superado cualquier previsión, incluso la más optimista", afirma. Pero él no solo está contento por las cifras, sino porque esto confirma la lucha que inspiró el nacimiento de su asociación. "Otro ocio es posible, y el éxito del Cometcon demuestra que cada vez más gente lo busca". Él es un ejemplo de ello. Graduado en Trabajo Social y máster en Protección Jurídica por la Universidad de Oviedo, comenzará este año a preparar su doctorado. Un perfil que poco tiene que ver aparentemente con este sector. "El desconocimiento hace que mucha gente piense que no puedes tener un trabajo y una vida normal porque te gusten los videojuegos, los cómics o la tecnología".

-En esta cuarta edición casi han duplicado la cifra de asistencia de la anterior. ¿Cómo se afronta un éxito así?

-De una manera muy positiva. Se han roto todas las estadísticas. Veníamos de cifras de 9.000, 11.000 y 14.000 asistentes en los años anteriores. Por eso, teniendo en cuenta que cambiábamos de ubicación para esta edición, del Auditorio Príncipe Felipe al Palacio de Congresos, me aventuré a decir que tendríamos unos 20.000 asistentes, un número más que optimista. Pero cuando me dijeron los datos definitivos de asistencia, 25.497 personas, se me acabaron las palabras para valorarlo (risas).

-¿Dónde cree que radica el éxito de la cita?

-El programa estaba compuesto por más de 140 actividades diferentes, tanto en el contenido como en su orientación hacia todos los públicos. En los últimos años detectamos que esto no era algo juvenil o de niños, venían matrimonios, gente mayor y familias enteras. Había que hacer una oferta muy plural y generosa en cuanto a contenidos. Creo que ahí es donde radica el éxito.

-Ante la afluencia masiva, ¿se plantean un nuevo cambio de ubicación o incluso de ciudad para el próximo año?

-De momento estamos barajando optimizar espacio. Pedir más dentro del Calatrava y usar todo el área exterior, instalando carpas o "food trucks". Lo de buscar otra ubicación se descarta porque no hay muchos espacios más grandes que este en Asturias.

-Este espacio tiene críticas por su falta de accesibilidad. ¿Podría ser un problema en el futuro?

-Claro, no solo por este evento sino por los principios básicos de nuestra organización. El Calatrava tiene varias deficiencias importantes, por eso reivindicamos que se hagan las reformas oportunas: va en beneficio de todos.

-¿Qué conclusiones sacan de esta edición?

-Tenemos que mejorar el tema de los accesos y los espacios. Nos limitaban por normativa el aforo a 5.200 personas y eso provocó colas de más de una hora y media de espera. Eso no se puede repetir. Y aspectos que no deben cambiar, la colaboración que mantenemos con las entidades. Es lo que nos diferencia de otros congresos y lo que nos permite no cobrar una entrada. Es la esencia que queremos mantener para siempre.

-¿Existe en Asturias una necesidad de un ocio diferente al que se ofrece desde las instituciones públicas?

-Totalmente, y eso se puede remontar al 2008, cuando fundamos la asociación El Refugio, ahora integrante del Eje. Un grupo de conocidos empezamos a organizar ofertas de ocio alternativo en Santullano, en varios centros sociales, y siempre había gente nueva, que entraba y salía, y con la que compartíamos intereses. Hace cuatro años, asistieron 9.000 personas al primer Cometcon. Eso demuestra las ganas que había de algo diferente. Y seguimos creciendo.

-¿Cómo ha cambiado la respuesta desde las instituciones públicas en estos años?

-Se ha dado la vuelta completamente, de ver esto como algo extraño de gente "disfrazada", a verse como una promoción turística y un evento que llena un espacio como el Calatrava. Cuando fuimos a contar la idea, nos miraban raro, sin entender muy bien lo que éramos y lo que queríamos hacer. Teníamos negaciones de espacios para actividades constantemente. Ahora tanto el Ayuntamiento de Oviedo como el Principado quieren el Cometcon y quieren participar en él.

-¿Están satisfechos con la ayuda que les prestan?

-Para el año que viene los compromisos institucionales tienen que aumentar en todos los sentidos. Si quieren el Cometcon, tendrán que apoyarnos más.

-¿La sociedad ve ya el mundo virtual de otra forma?

-Está cambiando, pero lo triste es que lo hace desde el plano económico. La gente y los medios empezaron a hablar de youtubers o de videojuegos al ver que un joven se hacía millonario jugando online o subiendo sus vídeos a la red. Pero con eso se ha conseguido normalizar y la gente sabe a lo que viene a eventos como el nuestro.

-¿El "cosplay" también está normalizado?

-(Risas) Los primeros años, la gente se quedaba mirando a todos los que venían disfrazados. Era como en la España de hace 50 años cuando veían a un inmigrante por la calle o a una pareja homosexual besándose. A base de ir viéndolo, ya es como un ocio alternativo más.

-Muchos siguen denominándoles "frikis", ¿eso molesta?

-La raíz del término no es negativa, se refiere a una persona experta en una materia. Pero siempre se ha utilizado para discriminar o atacar, y eso puede ofender cuando tienes a 25.000 personas detrás. Es el desconocimiento lo que lleva a eso. Hace poco nos preguntaron si el Cometcon lo organizábamos "frikis", y me daba pena tener que explicar que tenemos vidas y trabajos normales. Hasta no hace mucho la respuesta siempre era "no" si querías organizar alguna actividad como esta. Por eso tenías que reunirte en los sitios que te permitieran llevarlas a cabo. Pero no somos oscuros, ni raros, ni asociales por ser aficionados a los cómics,a los videojuegos o la tecnología.

Compartir el artículo

stats