El bicampeón del mundo de Fórmula 1 Fernando Alonso dio una gran sorpresa el pasado lunes a un grupo de cincuenta escolares de 3º de Primaria del colegio público de Fozaneldi. Los chicos, acompañados por tres profesores, acudieron a las instalaciones del circuito que lleva el nombre del piloto en Llanera para realizar un curso de educación vial. La experiencia fue positiva, según los docentes, y los chiquillos salieron encantados del curso. Con lo que no contaban es que al final de la actividad iban a conocer al piloto en persona.

"Son niños y fue una sorpresa maravillosa, por lo que le estamos muy agradecidos", comentó ayer a este periódico uno de los docentes que acompañaron a los estudiantes. "Empezaron a aplaudirle y alguno se fue corriendo hacia Fernando Alonso para darle un abrazo. Estaban entusiasmado", indicó.

El colegio recomienda a otros centros participar en estos cursos, porque indicen en el manejo y uso de las bicicletas, un transporte por el que el que Fozaneldi apuesta fuerte, a la vez que reclama carriles bici en Oviedo.

Según explicaron los profesores, antes del curso les dividieron en tres grupos. Primero recibieron una charla de educación vial y después realizaron prácticas sobre el uso y manejo de las bicicletas. Al final, realizaron una visita a las instalaciones del museo de Fernando Alonso. Cuando todo terminó, el piloto asturiano salió a recibir a los chiquillos, de 8 y 9 años, y les hizo entrega de los diplomas. El piloto del equipo McLaren aprovechó su estancia en Asturias para participar en la actividad antes de partir hacia Bakú, la capital de Azerbaiyán, a donde llegó el martes como embajador oficial del Gran Premio de Europa, que se disputará del 17 al 19 de junio.

Los diplomas entregados por Fernando Alonso a los niños de Fozaneldi se corresponden con la primera edición del curso de Seguridad Vial para escolares que ha puesto en marcha la Fundación Fernando Alonso en colaboración con Liberbank, en el marco de un convenio entre ambas instituciones.

El curso tiene una duración de tres horas y combina una primera parte teórica con las prácticas y la visita al museo. Durante este tiempo los escolares, dirigidos por monitores profesionales, aprenden los principios esenciales de la seguridad vial y los ponen en práctica en el circuito.