A quien se le diga que un hostelero ovetense iba a juntar a un socorrista gallego, a un heladero colombiano, a un camarero de Jaén y a un chileno que encontró paseando por la isla con una sudadera del Oviedo para formar la Peña Azul Palma de Mallorca no lo creería. Incomprendido se sentía también el ovetense Miguel Ángel Crespo, presidente y fundador de la peña, cuando, exiliado en Mallorca, dejaba a sus amigos viendo al Madrid o al Barça para meterse en un "cíber" a ver los partidos de su Oviedo.

"Estaba con gente y me disculpaba diciendo que iba a jugar el Oviedo, que me tenía que ir al caber", explica. Ahora Miguel ha vuelto a Oviedo, pero aún así sigue al frente de la peña mallorquina. Y allí estuvo el sábado, en el partido que los azules perdieron (1-0) ante el Mallorca, y al frente de la espicha que organizaron y en la que hubo miembros de peñas como la de Barcelona o Madrid. "La idea era organizar una comida para alrededor de 20 personas en un restaurante de cocina asturiana, con un menú en el que había sidra, fabada y cachopo. Pero lo puse en el Facebook de la peña y empezó a apuntarse gente, más de 100 personas, y tuvimos que cambiar la idea y hacer una espicha", explica el presidente.

Y es que ahora mismo una peña que comenzó por el empecinamiento de un ovetense exiliado lejos de su tierra se ha convertido en una de las peñas más internacionales del Oviedo. Y es que en Palma de Mallorca era difícil que fuera de otra forma. "Tenemos socios hasta daneses", añade Miguel.

Para echar adelante esta peña también fue importante el carácter abierto de su presidente, un hostelero que reconoce que el Oviedo es para él "algo muy grande". "Por motivos laborales y amorosos me fui a Mallorca en 2011, a Cala Mayor; yo en Oviedo había fundado la Peña Azul Ventanielles y por eso sabía cómo se hacía", explica. La ampliación de capital de 2012 también fue un espaldarazo importante para que cada vez más gente se fuera uniendo y contagiándose de la locura de un asturiano que cuando jugaba el Oviedo se perdía en un cíber.

La historia de cómo echó a andar la peña nadie la puede contar mejor que el propio Miguel: "Gonzalo es un socorrista de Pontevedra, que era del Celta y ahora es también oviedista, que trabaja en el mismo hotel que yo; Jaime es un chico colombiano que vivía en Cala Mayor y al que le empecé a contar la historia del Oviedo y ahora es el vicepresidente de la peña; Fran es un camarero de Jaén, que ahora es el secretario; y Cristian es un chileno al que un día vi por la calle con una sudadera del Oviedo, una antigua, de las de Joluvi, y enseguida le fui a preguntar si era asturiano. Resulta que era chileno, pero que trabajó en Gascona una época y que también estaba en Mallorca por motivos de trabajo. Con este equipo monté la peña". Y ahora estos cinco son los directivos.

El resto lo hicieron las redes sociales, gracias a las cuales a Miguel le fue mucho más fácil llegar a la gente, y las andanzas de un Oviedo que se ganó el cariño del mundo entero durante la ampliación de capital de 2012. Otro punto de inflexión para esta peña fue el ascenso de la pasada temporada. La sede sigue estando en Cala Mayor, en el bar Charlotte, aunque Miguel explica que se están planteando hacer una delegación en otro local, el Copas Rotas, sobre todo porque se encuentra en Palma de Mallorca y así les resultará mucho más fácil congregar a todos los oviedistas que hay repartidos por la isla.