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"Quince años de prisión no son nada para el daño que hizo"

La Audiencia Provincial de Oviedo condenó al padre de Lola a quince años de prisión, de los que ya ha cumplido casi seis, por un delito continuado de violación a su hija cuando era menor de edad. El tribunal rechazó entonces el principal argumento de la defensa, la supuesta incapacidad sexual del agresor y puso de manifiesto el "desprecio a los sentimientos" de las mujeres de la familia. El condenado recurrió pero el Tribunal Supremo volvió a fallar a favor de Lola.

"Quince años es lo máximo que se puede conseguir por estos casos, a mí me parece poco para todo el daño que hizo", indica la joven. La condena coincide con la petición de cárcel que hacía el Ministerio Fiscal. Lola pedía más, diecinueve años de prisión. "Me dieron una indemnización; yo no quería dinero, quería más años. Llegue a preguntar si se podía renunciar al dinero a cambio de más años de cárcel", explica. Y es cierto que la acusación particular, a petición de Lola, no solicitó indemnización para la víctima. La cantidad, 30.000 euros, coincide con la que consideró oportuna la Fiscalía del Principado.

El juicio se celebró a puerta cerrada y los testigos declararon detrás de un biombo para no tener que verle a él. Una de las circunstancias que más valoró la sala fue la "credibilidad" de Lola, que se sentó allí a relatar los horrores que había sufrido de niña, hasta cuatro veces por semana, cuando su madre no estaba en casa. "Un relato desgarrador", dice la sentencia que a los 29 años le dio la razón. "Solo quería que se hiciera justicia", sostiene. El día que el abusador ingresó en prisión la niña que un día fue Lola por fin sonrió.

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