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Generación OVD

"Me gustaría compaginar el trabajo en un hospital con la investigación"

"El examen QIR exige ser muy constante, no dejar de lado ninguna asignatura; intentaba estudiar nueve horas diarias"

Olga Nerea Coya Linares, en la sede del Colegio de Químicos. Luisma Murias

El año pasado había 15 plazas y ella sacó el puesto 16. No se desanimó. Este año se ofertaban 20 puestos y superó la prueba con holgura: segunda en el examen y tercera en el cómputo global, que incluye el expediente académico. La ovetense Olga Nerea Coya Linares (1990), licenciada en química por la Universidad de Oviedo, podrá formarse como especialista en un hospital tras obtener un espléndido resultado en el examen QIR (Químico Interno Residente) celebrado el pasado 6 de febrero. El Ministerio de Sanidad ofertaba para toda España dos decenas de puestos y a ellos aspiraban 312 candidatos. Siete opositores prepararon la prueba en el curso que organizan el Colegio de Químicos de Asturias y León y la Asociación de Químicos de Asturias; de ellos, cuatro obtuvieron plaza.

Olga Coya afronta el reto de elegir destino con un puñado de criterios muy claros. "Ninguna plaza es en Asturias. Voy a visitar hospitales porque quiero ver el ambiente que hay, cómo están los laboratorios, si hay posibilidad de investigar. Si puedo, quiero hacer la tesis doctoral", señala. Otros requisitos de elección son de carácter más práctico: "Donde vea que las instalaciones están más modernizadas, que hay buen ambiente, que el ritmo de guardias es razonable. También intentaré no estar muy lejos de casa". De las cuatro especialidades del QIR, optará por análisis clínicos o por bioquímica clínica; descarta de antemano microbiología y radiofarmacia.

Hija de un químico dedicado al ámbito medioambiental, Olga Coya ha situado la investigación como faro llamado a iluminar toda su trayectoria: "Si por mi fuera, estaría formándome toda la vida, intentando aprender algo nuevo sobre la química". Una pasión para la que tiene trazados algunos planes: "Quizá lo ideal sería trabajar en un laboratorio de un hospital y compaginarlo con investigación. La investigación es una tarea muy a largo plazo, va muy lenta. Por eso me gustaría compaginar las dos cosas. Me gusta saber por qué hago lo que hago, entenderlo y razonarlo".

Terminó la licenciatura de química en 2013, con una nota media superior al siete. Su padre no había influido en la elección de carrera: "Todo lo contrario. Al principio, no quería seguir sus pasos porque parecía que era ir a lo fácil y tratar de aprovecharme de sus contactos, pero al final vi que en realidad era lo que me gustaba".

Ya graduada, oyó hablar del QIR, una salida minoritaria para el colectivo de los químicos (nada que ver con las multitudes de médicos y enfermeros en los exámenes anuales para formación sanitaria especializada). Sin embargo, le echaba para atrás el hecho de que "son muy pocas plazas y hay muy pocas probabilidades". Se puso a mirar masters: ninguno le entusiasmaba. Finalmente, se impuso la opción del QIR.

En el primer intento, "un palo". "Me quedé a las puertas, pero sabía que era un objetivo muy complicado y que cabía la posibilidad de no sacarlo en un año. Me veía capaz de estar un año más estudiando. Un tercero seguramente no lo aguantaría".

Al segundo salió. ¿Por qué? Olga Coya detalla su estrategia, casi una hoja de ruta para quienes vengan detrás: "Ser muy constante, no dejar de lado ninguna asignatura, asegurarte de repasarlo todo, ver el peso que cada asignatura tiene en el examen, y ser consciente de lo que se te da mejor y peor. Los domingos, descansar y despejarte para aguantar la semana". El plan era exigente: "Intentaba sacar cuatro o cinco horas de estudio por la mañana, y por la tarde dos o tres más. Al final trataba de llegar a nueve horas diarias". Las clases del curso son generalmente por las tardes, dos horas de lunes a jueves.

Olga Coya no quiere autoimponerse límites. Si puede, se formará también en el extranjero: "Ya estuve de Erasmus en la carrera, en Florencia. Es enriquecedor. Si pudiera hacer estancias fuera las haría sin dudar". Y, si puede, abordará otras esferas del conocimiento: "A largo plazo, seguramente me gustaría estudiar otra carrera, quizá psicología o algo así".

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