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La solidaridad arranca hacia el Atlas

El ovetense José Luis Muñoz va por su décimo Challenge Maroc, un rally amateur internacional que atraviesa Marruecos repartiendo ayuda humanitaria

La solidaridad arranca hacia el Atlas

Las amistades que José Luis Muñoz ha forjado en el Challenge Maroc se mantienen a lo largo del tiempo con una intensidad inusual. Son amigos con los que ha compartido noches en vela, situaciones límite, risas y aventuras. Muñoz ha participado ya en nueve convocatorias del Challenge Maroc, un rallie solidario que recorre Marruecos de norte a sur, desde las verdes montañas del Atlas hasta el desierto de Merzouga. Ahora va a por la décima.

Primero concurrió compitiendo con su coche; en las últimas convocatorias lo hizo como miembro de la organización, pilotando uno de los automóviles que dan soporte técnico y médico a los corredores durante el trayecto. "El Challenge Maroc es una aventura que une", dice, y que tiene un fin solidario, que es repartir ropa, calzado, material escolar y juguetes entre los niños de las zonas más humildes de Marruecos.

La décima edición del Challenge Maroc saldrá el 18 de marzo de Jumilla, en Murcia. La competición empieza en Nador y recorrerá Midelt, Erfoud, Merzouga, Boudenib, Oujda y acabará en Kariat Arkmane, una playa próxima a Nador. José Luis Muñoz es el único asturiano presente en esta nueva edición de la prueba del que de momento se tiene noticia, pues la inscripción aún está abierta.

La primera vez que bajó a Marruecos fue hace más de veinte años y lo hizo por su cuenta, con un amigo y un Panda alquilado; luego repitió con el Club Land Rover y en 2011 participó en la primera edición del Challenge Maroc, compitiendo. Repitió en la siguiente convocatoria y fue entonces cuando le propusieron formar parte de la organización, que dirige el portugués Rui Cabaco.

Muñoz está enganchado a Marruecos y al rallie, "un raid low cost" para amateurs -en el que compiten algunos veteranos del Dakar- y en el que el gasto medio por pareja y coche es de unos 1.500 euros durante nueve días. Los más jóvenes suelen optar por dormir en tienda de campaña y reducir los gastos al mínimo, según Muñoz; otros se alojan en hoteles de cuatro estrellas a lo largo del trayecto.

En su labor de asistencia, este hostelero ovetense ha sujetado la mano de un participante que no podía moverse tras un accidente, mientras lo evacuaban en helicóptero; ha ayudado al médico que viaja con él a coserle la cabeza a un piloto herido en medio del desierto o ha colaborado para recolcoar un hombro dislocado; ha sacado de la arena a infinidad de coches y ha acudido al rescate de los que se perdían entre las dunas. En circunstancias así, cuenta, las relaciones que se establecen son más de hermandad que de amistad. A lo largo de estos años también ha dejado buenos amigos en Marruecos, en lugares a los que está deseando llegar para reencontrarse con ellos. "He aprendido mucho. Aquí le damos importancia a tonterías. Cuando vuelves ya no te estresas por una cafetera estropeada", dice de su cafetería de la avenida de Galicia. "Para ellos, lo importante es comer todos los días", comenta.

En uno de sus primeros viajes empezó a repartir entre los niños la comida que llevaba prácticamente desde que arrancó el coche. "Iba con mi amigo Miguel Joglar y le dimos un juguete a un chiquillo, nos lo devolvió y nos pidió comida", relata. Ellos acabaron sin provisiones y comiendo mandarinas durante tres días.

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