El pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, el Ayuntamiento de Oviedo y el Gobierno del Principado, así como otros organismos públicos y privados, realizaron una serie de actos resaltando la importancia de ese día y rindiendo homenaje a la mujer.

Ese mismo día, en la página 6 del periódico LA NUEVA ESPAÑA, leo el artículo titulado "La falta de bolsa de empleo impide cubrir bajas en las escuelas infantiles". En dicho artículo, las educadoras de la escuela infantil Dolores Medio de Oviedo, denuncian que están sometidas a un fuerte estrés y cansancio, debido a que no se cubren cuatro bajas en la plantilla, dos de ellas de larga duración. Al mismo tiempo manifiestan su "preocupación por la seguridad de los niños y niñas y del personal del centro, dado que están trabajando en precario".

Al día siguiente, 9 de marzo, leo en LA NUEVA ESPAÑA, en su sección de Cartas con el título "Manifiesto de la escuela infantil Dolores Medio, Oviedo", una carta donde las educadoras se pronuncian con "gran preocupación por la situación extrema y límite que afecta al carácter educativo y a su salud".

No sé si al día de hoy se habrá solucionado este importante problema en educación, que se ha planteado precisamente en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

El Ayuntamiento de Oviedo, además de colgar ese día pancartas en su fachada en favor de la mujer trabajadora, debería propiciar un trato justo a las mujeres trabajadoras de su municipio y priorizar el gasto en educación. Es lo sensato y adecuado, lo demás es puro folclore y palabrería vacía.