El futbolista Miguel Pérez Cuesta, "Michu", sólo tuvo ayer palabras de agradecimiento para el que fuera, hasta esta semana, entrenador del Real Oviedo, Sergio Egea. El exjugador azul alabó el trabajo del argentino durante la clausura de los encuentros que organiza el Colegio Nazaret, en el que estudió su pareja. "Hay que agradecérselo todo a Egea, porque nos sacó del infierno. Y ya no es solo eso, nos ha dejado terceros, a tres puntos de un ascenso directo. Y bueno, subir dos categorías seguidas sería un auténtico milagro", explicó el jugador del Langreo.

"No sé lo que habrá pasado, sus motivos tendrá", explicó sobre una dimisión que le pilló de sorpresa. Sobre cómo pueda influir esta circunstancia en los resultados del equipo, Michu explicó que, "al final los futbolistas son los mismos", aunque, insistió: "Egea ha hecho un grandísimo trabajo aquí, y va a ser muy complicado que cualquier entrenador que venga lo haga mejor que él". En la misma línea insistió en que la decisión "sorprende" porque "se va tercero, con un equipo recién ascendido y a tres puntos del ascenso directo". En cuanto al papel que debe adoptar la afición ante esta situación, Michu indicó que "a los oviedistas lo único que nos queda es apoyar y animar porque está muy cerca el objetivo".

Durante el encuentro con los estudiantes del Colegio Nazaret, Michu confesó en varias ocasiones que su "sueño" es volver a jugar en las filas del Real Oviedo. La mayoría de las preguntas formuladas por los chavales estaban relacionadas con la lesión de tobillo que apartó a Michu de la élite del fútbol: llegó a jugar en la selección española y en la Premier League inglesa. "La ilusión está por encima de cualquier cosa, decidí ser honrado conmigo mismo y con el fútbol y volver a empezar en casa; cada vez me encuentro mejor", indicó. Su hermano es ahora su entrenador y "su jefe" en el Langreo, aunque, según confesó, si decide no sacarle al campo se "chiva" a su madre.

Michu también habló sobre la oferta que en su día tuvo para jugar en el Sporting de Gijón. "Yo soy del Oviedo cerrado, no lo he ocultado nunca, y aunque era una oportunidad muy buena, no podría sentir los colores de esa camiseta", zanjó.