Poco ha durado la alegría entre la comunidad educativa del colegio público La Ería. Tan sólo unos días después de que el Tribunal Supremo le diera la razón para zanjar el conflicto que mantenía con los vecinos de un edificio situado frente al centro -la comunidad llevaba 13 años quejándose de los ruidos y pleiteando para exigir medidas que los reduzcan, como el cierre perimetral de la pista cubierta- los niños que acudieron ayer al centro para utilizar las instalaciones se encontraron con las puertas cerradas.
"Nos ha dicho el director del colegio que hay una orden que impide abrir el centro los fines de semana. Todavía no contamos con ningún documento que nos explique los motivos, pero el caso es que esta mañana (por ayer) hubo padres que fueron con sus hijos al patio y el conserje les dijo que no les podía dejar entrar", asegura Sanny Rodríguez, integrante de la asociación de padres y madres del colegio. Según señaló ayer la concejal de Educación, Mercedes González (Somos), la orden del cierre no proviene del Ayuntamiento. "El lunes (por mañana) llamaré a la Consejería para tratar de solucionarlo", afirmó la edil.
Sanny Rodríguez explica que la actividad que se desarrolla los fines de semana en el colegio público La Ería es muy intensa. "Los niños participan en competiciones y se enfrentan a los de otros colegios, como pasa en muchísimos centros de la ciudad. Parece ser que la orden dice que se tiene que pedir permiso para cada actividad que se haga, pero nos piden una cadena de burocracia que es imposible cumplir", señala. "¿Para que hemos estado todos estos años luchando en los juzgados?", se pregunta Rodríguez.
