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El tripartito renuncia al vivero de empresas de Ventanielles, la obra estrella de Caunedo

Infraestructuras descarta un proyecto para el que había este año 1,8 millones y que debía estar funcionando en 2017 - El gobierno local rescindirá el contrato con la constructora por paralizar las actuaciones e "incumplir" los plazos

Dos vecinos, paseando ayer por delante de la parcela para el vivero, vallada y con una máquina en su interior. IRMA COLLÍN

El vivero de empresas de Ventanielles, pensado para albergar compañías tecnológicas al estilo del Silicon Valley californiano, no saldrá finalmente adelante. El tripartito local (Somos, PSOE e IU) tiene previsto rescindir en los próximos días el contrato con la empresa adjudicataria de la obra, constructora Los Álamos S. A., que hace cuatro meses paralizó, "de forma unilateral", sus actuaciones al descubrir un "problema técnico" relacionado con el suelo de la zona, que hace años sufrió grietas. El gobierno, que está a la espera de varios informes técnicos para comunicarle a la constructora su decisión, considera que el hecho de que la constructora paralizara las actuaciones ha afectado a los plazos estipulados, lo que le impide a la empresa cumplir el contrato. El vivero debía estar acabado el próximo mes de octubre para entrar en funcionamiento en abril de 2017.

El complejo, una de las obras estrella del exalcalde Agustín Iglesias Caunedo (PP), fue impulsado por el anterior equipo de gobierno popular al estar financiado por la Unión Europea (UE). A pesar de que, tras su llegada al poder, descubrió problemas relacionados con la financiación, el tripartito siempre ha sido partidario de seguir adelante con la obra, consciente de que suponía un "impulso" tanto para el barrio como para la ciudad. De hecho, la del vivero de empresas era una de las inversiones más altas previstas en el presupuesto de este año, con una partida de casi 1,8 millones para su construcción.

Con lo que no contaba el gobierno de izquierdas era con la "decisión unilateral" de la empresa de parar las obras. Sucedió el pasado mes de diciembre, cuando ya se habían iniciado los trabajos y se había rellenado el suelo para empezar la construcción del edificio. La empresa advirtió, según explicó en su momento, de que el terreno tenía unas condiciones "diferentes" a las previstas que le obligaban a un consumo extra de hormigón. Por ello, la constructora pidió una modificación del contrato (de 4,7 millones de euros) por un sobrecoste. Sin embargo, la dirección de la obra, de la que se encarga una empresa distinta, negó la situación y consideró que no veía justificada la paralización de las actuaciones, versión a la que se ha agarrado durante todo este tiempo el tripartito para evitar modificar el contrato y darle más dinero a la constructora. De hecho, a finales del año pasado el tripartito instó por carta a la empresa a que reanudara de forma inmediata las obras.

No lo hizo y, desde entonces, el gobierno empezó a dudar de la viabilidad del proyecto. Durante estos meses, constructora y Ayuntamiento se han cruzado cartas de ida y vuelta y en el seno del tripartito han tenido reuniones monográficas sobre el asunto. La última certificación recibida en el Ayuntamiento de los trabajos es una obra "irrisoria" de noviembre, lo que aceleró que el gobierno pidiera los informes necesarios para determinar las medidas a tomar.

"No es viable"

"Estamos a la espera de los informes, y todavía no se ha adoptado una decisión, pero estamos convencidos de que el proyecto ya no es viable y por tanto todo apunta a que se va a paralizar", explica Ana Rivas, concejala de Infraestructuras (PSOE), en conversación con este periódico. "No podemos seguir más allá y la solución pasa por rescindir el contrato porque la empresa no va a cumplir", agrega. La edil socialista explica que la decisión de renunciar al proyecto será firme y que, en ese caso, no se volverá a licitar. "Estamos hablando de una obra de cinco millones de euros, que es mucho dinero, y actualmente habría que pensárselo mucho con todas las necesidades que hay", agrega. De momento, el contrato está en vigor y, por tanto, se mantiene la partida presupuestaria a la espera de que el tripartito comunique por escrito a la empresa su decisión de suspender la obra.

El vivero de empresas fue pensado para albergar firmas relacionadas con las nuevas tecnologías que pudieran atraer a la ciudad a jóvenes emprendedores. Una de las fortalezas que iba a tener sería un laboratorio capaz de producir prototipos y desarrollar tecnología en tres dimensiones (3D).

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