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EMILIO MARTÍNEZ MATA | Catedrático de Literatura Española de la Universidad de Oviedo

"Los españoles no han entendido 'El Quijote', lo valoran por imitación a otros países"

"El texto de Cervantes es la obra con más repercusión de la literatura occidental; cada vez que leemos novela contemporánea, aparece indirectamente"

Emilio Martínez Mata, ayer, con el libro "Comentarios a Cervantes", que recoge las actas del VIII Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas, que se celebró en Oviedo en el año 2012. IRMA COLLÍN

Emilio Martínez Mata no puede ocultar el entusiasmo al hablar de Cervantes y de su creación inmortal, "El Quijote". Este catedrático de Literatura Española de la Universidad de Oviedo lleva más de 16 años analizando minuciosamente esta obra. "No sé cuantas veces la habré leído", afirma esbozando una tímida sonrisa. Y fue ese desorbitado interés lo que le llevó a buscar apoyos por el mundo y crear el Grupo de Estudios Cervantinos (Grec), que reúne a 19 investigadores de 11 universidades europeas y americanas, y que ya es un referente internacional. Mañana, Martínez Mata ofrecerá una conferencia, organizada por la Cátedra Emilio Alarcos, que dirige Josefina Martínez, a las 20.00 horas, en el aula magna del Edificio Histórico. La ponencia, que versará sobre las diferentes lecturas del Quijote, se enmarca en las actividades organizadas por la Cátedra para conmemorar el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.

-¿Qué le interesa de las diferentes lecturas de "El Quijote"?

-Me interesa verlas con una perspectiva histórica. Ahora tenemos muchas versiones, pero son todas de base romántica. Siempre me ha interesado buscar las causas por las que "El Quijote" se había convertido en una obra clásica, que los novelistas ingleses del siglo XVIII utilizan como punto de partida de la novela moderna. Eso no tiene sentido si solo fuera un libro burlesco o una parodia de las historias de caballería como se entendía en el siglo XVII.

-¿Qué implica esa preponderancia de la versión romántica?

-La consecuencia principal es la limitación. Esta interpretación es la que todo el mundo conoce, la que da pie al mito, la del idealismo frente al materialismo... pero es reductora. Impide a los lectores ver la riqueza y la variedad del texto. Yo defiendo una lectura del Quijote sin prejuicios.

-Ha leído y ha investigado mucho sobre la evolución del texto. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido?

-Muchas cosas, pero, por ejemplo, en el XIX, "El Quijote" servía para explicar unas ideas y las contrarias. Desde que los románticos abren la vía de la interpretación simbólica, cada uno lo ve desde su punto de vista. Y también que se haya convertido en la obra más valorada en toda Europa en el siglo XVIII y sin embargo los lectores españoles no son capaces de percibir esos valores, no lo han comprendido; y cuando lo han valorado ha sido por imitación y con retraso respecto a lo que habían visto en otros países. Pero muchas veces sin saber por qué.

-¿Por qué ha sucedido eso?

-La razón más importante es el mito del Quijote. Los españoles consideramos que es una obra clásica, que tiene una interpretación del idealismo frente al materialismo, y por lo tanto ya no es necesario leerlo. Y el que lo lee se decepciona porque no encuentra esa explicación. Luego hay otras causas, como algunos fallos en la educación o una cierta mirada despectiva hacia lo que tenemos en el pasado.

-¿Y qué valores vieron en otros países?

-Yo defiendo la tesis que dice que "El Quijote" no es una sátira del género literario, sino de la concepción caballeresca del mundo. Y esa lectura se hace en el momento en el que los ilustrados quieren romper con el régimen feudal, cambiar los valores que mueven a la sociedad. Y encuentran en "El Quijote" un texto que les resulta contemporáneo. Además, descubren el juego del autor con el lector, el papel de la literatura en la vida, etcétera.

-¿Es la obra más importante escrita en español?

-No solo eso, dejando a un lado la Biblia, es la obra que mayor repercusión ha tenido de la literatura occidental, aunque no se pueda demostrar una cosa así.

-¿Cómo una obra que pasó desapercibida en su momento llegó a adquirir esta dimensión?

-Cada vez que leemos novela contemporánea, estamos leyendo indirectamente "El Quijote", aunque el autor no sea consciente. Creo que esto se debe a lo que significó el texto en el siglo XVIII, el retrato de un mundo, el antiguo régimen, que había quedado atrás.

-¿Cervantes era consciente del poder de lo que había escrito?

-Sabía que había hecho una cosa nueva, revolucionaria. Y tenía mucho miedo y dudas sobre cómo sería recibida. Pero no se podía imaginar las consecuencias que iba a tener. De hecho, en la dedicatoria de la segunda parte, hace una broma diciendo que el emperador de la China le ha nombrado rector del colegio en el que se va a enseñar español y que van a utilizar su libro. Él lo concebía como un disparate.

-Hace alusión a fallos en la educación. ¿No se ha sabido explicar "El Quijote" desde las instituciones educativas?

-Yo no tuve ocasión de estudiar "El Quijote", ni en el bachillerato ni en la Facultad. Nunca vi seminarios dedicados a la obra, ni departamentos especializados. Ahora, afortunadamente, las cosas han cambiado. El problema viene de la interpretación. Todo el mundo tiene la idea de que "El Quijote" es una cosa u otra, y eso es una simpleza que está obstaculizando el disfrute del texto de Cervantes.

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