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Una escuela que hace barrio

Las familias apelan a la calidad de las instalaciones, la proximidad y el "arraigo" del parvulario de la colonia Ceano para evitar el cierre anunciado por el Principado

El parvulario de la colonia Ceano, donde estudian 23 niños de tres, cuatro y cinco años, tiene una larga historia. Data de la posguerra y va unida a la construcción de las viviendas a cargo del Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones, que se ocupaba de impulsar proyectos de reconstrucción del país. Con las casas de Ceano llegó una escuela para los niños pequeños, que empezó a funcionar en 1946 y por la que han ido pasando, generación tras generación, las familias del barrio. Nuria Fernández es una antigua alumna y ahora su hijo, Dámaso Marcos, acude a clase en él. "Y tengo previsto tener otro hijo y quiero que venga aquí también", advierte.

Joaquín Álvarez, padre de Gadía Álvarez, también alumna, relata la historia de la escuela y acompaña con ella el alegato en favor de su mantenimiento. Explica que tiene un fuerte "arraigo" en el barrio, que sus instalaciones son mejores que las del colegio público de Pando, el Germán Fernández Ramos, al que está adscrito el parvulario. La Consejería de Educación ha anunciado que se concentrarán en él todos los niños de Educación Infantil de esa zona, tras el cierre progresivo de la escuela.

Las familias sostienen que el colegio de Pando no reúne condiciones para dar atención a los niños pequeños. Cuentan que los alumnos de Infantil han sido instalados en antiguas aulas y en espacios que fueron pensados como comedores. En cambio, en la escuela de la colonia Ceano hay aulas para todos y la edificación está en perfecto estado de revista, con la calefacción renovada hace diez años y un aula con pizarra digital. Los niños disponen de un patio amplio, un espacio verde donde hay juegos y columpios. En Pando, según sus padres, los escolares de Infantil solo disponen de una zona acotada por vallas dentro del recinto de recreo común a todos. Ha sido una parte de las familias que forman parte de la comunidad educativa de la colonia Ceano las que se han movilizado contra el cierre. Comentan que la confirmación de las intenciones de la Consejería respecto al centro -de las que hay rumores desde hace años- llegó con la asociación de padres en renovación y con las elecciones de por medio.

Los padres han convocado mañana una concentración contra el cierre, con pancartas y dispuestos a hacerse notar. Lamentan que los docentes no se manifiesten abiertamente sobre el futuro de la escuela, aunque cuentan con el apoyo de profesores veteranos que, ya jubilados, pueden hablar abiertamente, como es el caso de Ana Cármenes, que dedicó décadas a la enseñanza en ese parvulario. "Quien quiera el bien de los niños del barrio no puede cerrarlo. Es el sitio ideal y en él se han implicado padres, profesores, conserjes... Hemos trabajados todos a una", refiere.

Mónica Pérez es la madre de Ián Pérez, un chiquillo de tres años que quiere que sea tan feliz en sus primeros años de escuela como lo fue ella en la colonia Ceano y que menciona un encuentro entre las familias y los responsables de la Consejería en la anterior legislatura. "Nos prometieron que el PSOE no cerraría escuelas públicas", asegura y espera, dice, que esa promesa siga en pie.

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