La adversidad climática y la fuerte voluntad de los Estudiantes pugnaron duramente en la tarde ayer por el Cristo de la Sentencia, pero, al final, la lluvia que a ratos mojaba desganadamente la ciudad empujó a la hermandad a posponer 24 horas la procesión del Prendimiento.

Con unos ojos enormes y claros, Miriam María Alfaro Fernández, que el siete de abril cumplirá dos años y es una de las cofrades más pequeñas, supo a su manera que tendría que espera un poco más. Bajó del cuello de su madre, Miriam Fernández, y corrió al de su padre, Gonzalo Alfaro, al tiempo que acólitos con dalmáticas, ciriales e incensarios, y nazarenos con capucha roja y esparto a la cintura, y damas de mantilla y costaleros se dirigían hacia la parroquia de la Tenderina, donde se les iba a comunicar que la procesión en su conjunto saldrá a las nueve de la noche de hoy, con idéntico recorrido y finalidad, es decir, conducir al Cristo de la Sentencia por el Oviedo Antiguo, para depositarlo en la capilla del edificio histórico de la Universidad de Oviedo. Dicha imagen es la que preside el gran paso de los Estudiantes que procesiona en la "Madrugá" de Jueves a Viernes Santo. Ya en la iglesia de la Tenderina, y junto a los otros integrantes de la frustrada procesión -números de la Guardia Civil, una escuadra de Gastadores de la Hermandad de Caballeros Legionarios y la Agrupación Musical San Salvador-, escucharon del párroco Alberto Reigada que "el sufrimiento por no poder salir" ha de servir para entender el amplio espectro de padecimientos del mundo, como el "de los enfermos moribundos o el de los refugiados a las puertas de Europa". Pero el sufrimiento en la Tenderina era doble, ya que la lluvia también les había estropeado el domingo la procesión del Santísimo Cristo de la Misericordia y a raíz del mal trago los Estudiantes habían dispuesto un cambio de logística para el día de ayer, consistente en llevar El Cristo de la Sentencia, no a hombros, sino a costal. Así estaba dispuesto todo en el local de la hermandad y a las 19.30 en punto el capataz Iván González Zapico mandó a los costaleros situarse bajo el paso para ensayar la salida por el portón.

Sin embargo, la lluvia caía a ratos y un cuarto de hora más tarde se reunía el Cabildo de Aguas para deliberar y tomar una decisión. "Hay tres opciones", intervino el capataz, "no salir, retrasar la procesión o hacerla mañana". "Es que llueve y para, y vuelve a llover", comentó otro miembro del cabildo. Un tercero aportó el dato de que según ciertas previsiones hoy se abriría una ventana sin lluvia desde las nueve de la noche a las 00.00 horas.

Y así, a las ocho en punto, el cabildo decidió suspender la procesión hasta que se abra dicha ventana climática. Un factor tenido en cuenta es que hoy, a las 20.30 horas, procesiona la Real Cofradía del Silencio y de la Santa Cruz, con salida de Santa María la Real de la Corte y recorrido por el Oviedo Redondo. La previsión de los Estudiantes es que su procesión alcance la calle de San Vicente -posible lugar de coincidencia- después de que el Silencio se haya recogido en su templo, hacia las 22.30 horas.

Así, Miriam madre e hija, se quedaron con el ramo de claveles rojos en las manos, pero a la espera de hoy. La madre comenta que "desde que ella tenía siete días se la ofrecí al Cristo de la hermandad, porque cuando estaba embarazada me dijeron que había un 65 por ciento de posibilidades de que fuera Síndrome de Down y me plantearon el aborto; pero dije que no y aquí la traigo desde el comienzo de su vida". Y Miriam madre enseña la medalla de cofrade de la pequeña Miriam, nombre que en arameo significa María y en hebreo "rebelarse".